Las polémicas “facturas simbólicas” con que Cuba busca concienciar a los enfermos
Cuando el timbre del teléfono sonó de madrugada, ya Xiomara sabía que a Frank, su hijo de 26 años, le había pasado algo.
Eran las 3:30 am y Yohandrys, el mejor amigo de Frank, le daba la noticia: a la salida de un concierto, un auto había embestido a Frank. Estaban en el Hospital Universitario General Calixto García, en La Habana.
Después de varios exámenes médicos, los doctores determinaron que Frank solo tenía varias contusiones en el cuerpo, pero que tendría que pasar la noche allí por precaución.
Al mediodía siguiente, Frank recibió el alta médica.
Pero antes de partir, un doctor les notificó al joven y a su madre que el ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), estimó que la atención brindada hubiese costado 770,50 pesos cubanos (US$32,10). Más de los US$20 al mes que gana un profesional trabajando para el Estado.
Son lo que se llaman "facturas de cortesías" porque en Cuba, desde el triunfo de la Revolución, toda la atención médica es gratuita.
Gratis... pero cuesta
Hace una semana, el MINSAP inició una campaña de divulgación a través de un reporte especial en el noticiero nacional de televisión que tiene como eslogan: "Los servicios de salud en Cuba son gratuitos pero cuestan".
El objetivo de la disposición es "crear conciencia" en la población cubana de que el sistema de salud supone un costo para el Estado, aunque los enfermos no paguen cuando son atendidos.
"No es la intención que se vayan a cobrar los servicios. Es solo que las personas sientan el compromiso con los servicios que hoy estamos brindando", dijo Miosotis Moreno, directora de Economía y Planificación del MINSAP en dicho reporte.
Varios meses atrás los hospitales, clínicas, policlínicos y consultorio de médicos de la familia en todo el país comenzaron a colgar en sus paredes carteles que anticipaban el inicio de la campaña.
Cada pancarta muestra los precios relevantes según el servicio de atención que se brinda en las instalaciones médicas.
Además, las recetas médicas también incluyen al dorso algunos ejemplos de las tarifas.
Tras escuchar los montos, Xiomara dice: "Está perfecto que el Estado quiera mostrarle a la gente lo que nosotros deberíamos pagar. ¿Pero qué sentido tiene eso? ¿Si me lo vas a regalar y dar gratis, para qué me lo sacas en cara? ¿Esto es socialismo o no? Se ve que Fidel ya no está".
Frank, adolorido, desde una camilla rodante le dice entre risas: "Mami, dale suave".
Al igual que la salud pública, muchos servicios en Cuba como la educación, el transporte o la alimentación básica, son subvencionados por el Estado.
Precios exactos
Amel Valiente tiene 28 años y es médico de familia (el programa cubano por el cual cada barrio es atendido por un médico fijo).
Además de atender a la población de su área en el céntrico municipio habanero de Plaza de la Revolución, también en ocasiones brinda servicios en policlínico en La Habana.
"No sé quién tomó esta medida, a nosotros no nos dijeron nada. Del MINSAP empezaron a mandar los carteles y dijeron que había que ponerlos y de pronto las recetas llegaron impresas con las listas de precios también", cuenta tras realizar un ultrasonido.
"El ultrasonido que estaba haciendo cuesta, según los precios, 148,50 pesos cubanos. No sé de dónde salió esa cifra tan exacta ni en base a qué la establecieron", afirma Valiente.
"La verdad que no tengo idea, esos precios deben haberlos puesto alguien del Ministerio de Finanzas y Precios, pero a ningún médico le han dicho de dónde los sacaron", agrega.
"Pero yo lo veo bien", agrega, "para que la gente valore más nuestro trabajo".
Salud y Revolución
Una de las grandes banderas de la Revolución cubana es la atención médica gratuita que reciben los ciudadanos del país.
Autoproclamada como "potencia médica mundial", la isla ha brindado su servicio de cooperación a lo largo del mundo, en programas que llama "misiones internacionalistas".
Según el propio MINSAP, a finales de 2015 en Cuba trabajaban 85.000 médicos y otros 25.000 participaban como cooperantes de misiones en el extranjero.
La crisis económica tras la caída de la Unión Soviética en la década de 1990 convirtió a la medicina en uno de los principales rubros exportadores del gobierno.
De ese modo, la exportación de servicios médicos sumada al deterioro de la infraestructura del sector ha desatado las críticas de la población contra la salud pública.
Si se pagaran
Mercedes Arnau es especialista en pediatría y trabaja en uno de los hospitales para niños de la capital ubicado en el municipio de Centro Habana.
Le ha tocado descansar el fin de semana y en los bajos de su casa, le cuenta a BBC Mundo: "Para los niños no hay precios, no hay indicación de comunicarles nada. Sería muy sarcástico eso".
"Yo sé que el tema no son los precios, porque creo que son asequibles, sino la manera que el Estado ha encontrado para demostrarle a la gente que ellos sí hacen cosas por la gente", opina vía telefónica Indira Gómez, que es ortopédica.
La sala de espera de la consulta de otorrinolaringología del Hospital General Calixto García está repleta. Una anciana que sale de la consulta dice: "Menos mal que esto no hay que pagarlo, sino hoy no hubiera podido atenderme, porque no he cobrado la jubilación de este mes".
Según el listado de precios, su consulta le habría costado 36,55 pesos cubanos, el equivalente a alrededor de US$1,60.