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Las filtraciones a través de la historia: desde Esparta hasta los Panamá Papers

Las filtraciones a través de la historia: desde Esparta hasta los Panamá Papers
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La historia está llena de documentos secretos que fueron filtrados públicamente, desde el mensajero que se atrevió a abrir un sello real.

Puedes decir lo que quieras acerca de la reciente oleada de filtraciones, pero no que ellas dieron lugar a que le aplasten los testículos a alguien.

Tampoco, hasta donde sabemos, nadie fue encerrado en un templo hasta que murió de hambre.

Edward Snowden y Julian Assange no son universalmente populares, pero incluso sus críticos más severos no han insinuado que sus acciones provocaran una revuelta militar o causado que políticos sean transportados desde su cámara de debates para ser estrangulados por la multitud.

Sin embargo, todos estos horrores sí sucedieron durante la larga y, a menudo, violenta historia de las filtraciones.

Esparta

Tomemos esa hambruna forzada en un templo, por ejemplo.

Esto sucedió en Esparta alrededor del año 470 antes de Cristo como consecuencia directa de una información que fue filtrada.

El general espartano Pausanias envió un mensaje para el rey persa a través de uno de sus esclavos.

Presintiendo que algo había algo sospechoso, el esclavo, Argilios abrió la carta y se encontró que Pausanias se ofrecía para apoyar a los persas si invadían Grecia.

Además, el general sugirió que los persas maten al "mensajero" para mantener el secreto.

Comprensiblemente agraviado por el carácter de su encargo, Argilios decidió filtrar la carta a las autoridades espartanas.

Persia era el "enemigo mortal" de Grecia, por lo que las acciones del general Pausanias no fueron vistas como algo menor a una traición.

Por eso terminó tapiado en el templo de Atenea sin ningún tipo de alimentos como forma de castigo.

Los registros indican que su propia madre se unió a los ciudadanos enojados que se aseguraron de que no pudiera escapar.

Roma

En la antigua Grecia la política era un asunto relativamente abierto, pero la civilización romana, por el contrario, estuvo llena de complots e intrigas en sus últimos años.

Y una buena cantidad de filtraciones también, según el historiador Tom Holland.

"Había una forma muy intensa de batalla política, absolutamente en la escala de la nuestra hoy en día", señala el experto.

"Se ven filtraciones siendo utilizadas por los aspirantes a políticos favoritos para destruir a sus rivales", añade.

Quizás la filtración más famosa de la época romana fue la pila de documentos que aparecieron frente a la puerta de Cicerón, cónsul del Senado romano y un destacado filósofo y orador de su tiempo.

En el año 63 antes de Cristo, Cicerón estaba convencido de que un senador llamado Catilina estaba planeando un golpe de Estado, pero no pudo demostrarlo.

Lo que encontró en su puerta era una colección de cartas de los aliados de Catilina, con todos los detalles de la trama.

Nadie nunca descubrió quién filtró esta evidencia crucial, pero con estas cartas en el recinto del Senado, Cicerón fue capaz de convencer a sus colegas que la República romana estaba bajo amenaza.

Tal vez como una recompensa por su detectivesca labor, Cicerón pudo supervisar personalmente la ejecución inmediata por estrangulamiento de todos los conspiradores.

Los otomanos

El Imperio Romano perduró durante siglos, su ala oriental sobrevivió como Bizancio hasta 1453, cuando cayó víctima de los otomanos.

La suya era una civilización conocida por su tolerancia.

Un imperio multinacional y multiétnico con un alto grado de lo que podría ser llamado hoy como movilidad social.

Incluso un esclavo o un eunuco podrían subir en la jerarquía.

Sin embargo, había un ámbito en el que los otomanos fueron famosamente severos y era el valor que le brindaban a los secretos.

Muchos sultanes empleaban sordomudos a su alrededor para evitar que se propague cualquier información sobre ellos y sus acciones.

El sultan Osman II (1604-1622) tenía más razones que la mayoría para temer filtraciones.

Había decidido acabar con la unidad militar de élite conocida como los jenízaros porque temía que se volviera demasiado poderosa.

De alguna manera, sin embargo, esta información se filtró.

Después, su propio visir fue señalado como la fuente.

Cuando los jenízaros se enteraron, irrumpieron en el palacio de Topkapi, en Estambul, y Osman II fue a quien le tocó soportar que le aplastaran los testículos antes de morir.

Tiempos modernos

Mientras el imperio Otomano iba en declive, el advenimiento del periodo moderno en el siglo XIX le daba un nuevo aliento al arte de las filtraciones.

Ahora existía la posibilidad de que la información filtrada pueda llegar a públicos más amplios en lugar de limitarse a las personas directamente afectadas.

John Nugent, del New York Herald, es reconocido por una de las primeras grandes primicias que procedieron de una filtración.

En 1848 recibió detalles secretos de un tratado para poner fin a la guerra entre los EE.UU. y México.

Su decisión de publicar los detalles del acuerdo lo llevó a recibir amenazas de encarcelamiento de senadores indignados, quienes lo tuvieron cautivo durante casi un mes.

Bien podría haber valido la pena, dado que Nugent fue posteriormente ascendido a dirección editorial del periódico.

Este caso sentó un precedente que persiste hasta el día de hoy, de acuerdo con Pablo Lashmar, profesor de periodismo en la Universidad de Sussex (Brighton, Reino Unido) y antiguo periodista de investigación.

Los reporteros que consiguen filtraciones tienden a ser recompensados, dice Lashmar, ya sea con la promoción, un aumento de sueldo o al menos con prestigio profesional adicionales incluso si a veces se enfrentan a amenazas de cárcel o algo peor a lo largo del camino.

"Pasábamos largas horas en los bares cultivando a las fuentes. Podía ser ser un oficial de policía, un funcionario público o alguien en el departamento de contabilidad de una empresa. Nos pasaban un sobre eso era genial", recuerda el veterano periodista.

Tecnología

El advenimiento de la tecnología de vigilancia hizo que este tipo de filtraciones sea cada vez más menos frecuente, según Lashmar.

Cualquier persona con un teléfono móvilpuede tener sus movimientos rastreados o puede ser captado por cámaras de seguridad.

Lashmar señala que los funcionarios públicos se han vuelto mucho más recelosos de juntarse con periodistas para que no sean castigados por su indiscreción.

Lo que sustituyó al sobre marrón de estilo antiguo es la filtración en masa.

El tipo de tesoro lleno de datos como en los Panamá Papers, con millones de documentos transmitidos de una sola vez.

Es la nueva tecnología la que hizo esto posible, por supuesto.

Los primeros grandes filtraciones como los documentos del Pentágono, que revelaron secretos sobre las operaciones de Estados Unidos en Vietnam, tuvieron que ser fotocopiado a mano, una página tras otra.

Ahora los registros enteros de un departamento de una empresa o el gobierno pueden ser cargados en una tarjeta de memoria con un solo clic en una computadora.

La periodista y activista, Heather Brooke, manejó varias filtraciones en su tiempo y cree que este nuevo tipo de fugas digitales en masa llegó quedarse.

"Es muy difícil defender la información digital y es muy fácil de atacar", cree ella.

Brooke argumenta que aquellos que almacenan información digital tienen que culparse a sí mismos si los datos terminan en el dominio público.

"Estamos en un momento en que todo el mundo quiere guardar todos los bloques de datos que pueda y guardarlo para siempre. Están creando un tarro de miel para los piratas informáticos, los empleados descontentos y para cualquier persona que quiera hacer filtraciones", indica Brooke.

Hemos recorrido un largo camino desde los días en los que un mensajero esclavo podía causar estragos en Esparta con sólo abrir una carta.

Sin embargo, la misma asimetría persiste y tal vez esté acentuada.

La información es poder y, en esta primera parte del siglo 21, la información también es omnipresente.

Desde el soldado raso del Ejército de Estados Unidos, Bradley Manning, al experto contratista en inteligencia, Edward Snowden, hemos visto a figuras de rango relativamente bajo tener en sus manos información y luego revelarla dejando a los de arriba profundamente comprometidos.

Ahora, más que nunca, al parecer, la filtración es más poderosa que la espada.

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