Radiografía de uno de los kamikaze del aeropuerto de Bruselas
AFP
De ser un "buen alumno, sin problemas de disciplina", que pasaba los fines de semana compitiendo en "torneos de frisbee", Najim Laachraoui viró hacia el radicalismo islamista, decidiendo morir como kamikaze el martes en el aeropuerto de Bruselas a los 24 años.
La última imagen que queda de él, recogida por las cámaras de vigilancia del aeropuerto, muestra a un joven de rasgos finos, cabello negro y perilla empujando un carro con maletas, pocos minutos antes de que varias explosiones destrozaran la terminal.
Era "un chico deportista y sobre todo inteligente", lo describe su hermano Mourad Laachraoui, internacional del equipo belga de taekwondo, "abrumado" por la decisión de su hermano. Era un musulmán "practicante" en una familia musulmana "practicante" de origen marroquí.
Mourad Laachraoui, deportista hermano del kamikaze. |
Diplomado en bachillerato en 2009 en el instituto de la Santa Familia, en el barrio bruselense de Schaerbeek, "era un buen alumno, sin ningún problema disciplinario" explica a la AFP la directora del centro, Veronica Pellegrini: "No sé qué le pudo ocurrir".
Laachraoui pasó el primer año de electromecánica con un aprobado, según una revista de antiguos alumnos de la Santa Familia consultada por la AFP.
Después, se inscribió en el primer año de la Escuela Politécnica de la Universidad Libre de Bruselas (ULB) en 2009/2010. "Fue suspendido en la primera y segunda convocatoria y no volvió a inscribirse", explica a la AFP Valérie Bombaerts, del servicio de comunicación de la ULB.
Un antiguo compañero explicaba en su página de Facebook que por aquel entonces se cruzó con Laachraoui en la calle, y este le dijo que "probablemente empezaría Medicina".
"Medicina, maldita sea. Salvar vidas", lamenta su excompañero, "conmocionado" por encontrar el nombre de Laachraoui, al que veía "todas las semanas", asociado a los peores atentados ocurridos en Bélgica desde la Segunda Guerra Mundial (al menos 31 muertos).
"No entiendo cómo un hombre puede dejarse lavar el cerebro en tan poco tiempo. ¿Eso qué significa, que todos podemos cambiar y hacernos explotar cuando teníamos por costumbre jugar torneos de frisbee todos los fines de semana?", se preguntaba.
Artífice de los atentados
Según la fiscalía federal belga, Laachraoui viajó a Siria en febrero de 2013, donde se unió a las filas del grupo yihadista Estado Islámico (EI). La familia supo de su decisión "por una llamada de teléfono" a sus padres, que lo señalaron a la policía sin que hubiera ninguna reacción particular por parte de las autoridades, según su hermano Mourad.
Su rastro reapareció el 9 de septiembre de 2015, dos meses antes de los atentados de París, en un control de carretera en la frontera austrohúngara.
Allí presentó un falso documento de identidad a nombre de Soufiane Kayal que no levantó sospechas. En el mismo vehículo se encontraban Salah Abdeslam, sospechoso clave de los atentados en la capital francesa (130 muertos), detenido el 18 de marzo, y Mohamed Belkaid, con el nombre falso de Samir Bouzid. Este último moriría el 15 de marzo durante un registro policial en el barrio bruselense de Forest.
Desde el 4 de diciembre, la policía buscaba al supuesto Kayal, sospechoso de haber sido el artífice o uno de los coordinadores de los atentados en París.
Bajo ese nombre, alquiló uno de los escondites de los comandos de París cerca de Namur (sur de Bélgica). Su ADN fue encontrado en el apartamento de Schaerbeek, donde se confeccionaron los cinturones explosivos empleados en París y en Saint Denis.
Se sospecha también que Laachraoui y Belkaid estuvieron en contacto telefónico con ciertos kamikazes del 13 de noviembre.
El mes pasado fue juzgado en rebeldía en Bruselas en el proceso contra una filial de reclutamiento de combatientes del EI.
La pequeña residencia familiar en el tranquilo barrio de Terdelt hoy mantiene las persianas bajadas y la puerta cerrada. "La familia está hundida", explicó el abogado de Mourad Laachraoui, Philippe Culot.
Tras saber de su participación en los atentados, "no quería creer que era él", afirma Mourad Laachraoui. "Pero la familia no se elige..."