Es sorprendente la cantidad de billetes que cabe en una pequeña mochila vieja.
Uno, dos, tres, cuatro… Parece que no tiene fondo la mochila de Álex, de la que saca varios fajos de billetes de 100 bolívares.
Son las 10 de la mañana del primer día en el que los venezolanos pueden cambiar o depositar en sus cuentas bancarias los billetes de 100 de los que disponen. El que de momento sigue siendo el papel de mayor denominación, el más habitual y usado, dejará de circular el viernes.
Por eso Álex mete de nuevo en la mochila los paquetitos de billetes color marrón. Por la tarde, dice, los llevará al banco.
"Ahora hay que salir de ellos lo más rápido posible", le dice a BBC Mundo.
No parece, sin embargo, que tenga prisa. Álex regenta un abasto, un pequeño y destartalado mercado en el barrio de San Martín, en el oeste de la capital venezolana, Caracas.
Vende snacks, pasta de dientes, huevos y cigarrillos por unidades. Y cervezas. Muy frías. Todo se paga en efectivo.
"Sólo tenemos punto (electrónico para el pago con tarjetas) los fines de semana porque nos lo alquilan. Los días de semana, sólo efectivo", afirma.
Este martes aceptaba los billetes de 100 bolívares. El miércoles, sin embargo, piensa cerrar. Espera que el jueves ya estén en la calle algunas de las nuevas monedas y billetes de mayor denominación, que alcanzarán hasta los 20.000 bolívares.
Álex no parece apurado. Queda tiempo. A partir del viernes, aún los podrá cambiar durante 10 días.
Muchos ciudadanos mostraron este martes más premura por deshacerse de unos billetes que suponen el 48% del papel moneda circulante y que el gobierno ha decidido poner fecha de caducidad.
Filas más largas
El objetivo es, según el gobierno, combatir las mafias que buscan dejar sin efectivo el país. Es lo que el Ejecutivo de Nicolás Maduro llama un "golpe financiero".
Las filas este martes ante los bancos en Caracas eran más largas de lo habitual. Y así se espera que sea en los próximos días.
"Yo no vengo a cambiar billetes, pero hay mucha más gente. Es un disparate", dice crítico un paciente señor que hace fila desde mucho antes que abra el banco.
"Yo hago todo por Internet. Si no, no hay manera de manejar tanto billete", dice una señora que ronda los 60 años.
Hace fila pero por otro trámite y con sus palabras refleja el uso habitual en Caracas del pago con tarjeta o por transferencia bancaria.
A ello obliga la alta inflación, la mayor del mundo según muchos analistas, que hace que hasta para la más mínima transacción se requiera una buena cantidad de billetes.
Y es que el papel de 100 apenas tiene un valor de US$0,15 o de US$0,02, de acuerdo al cambio en el mercado paralelo.
Recelosas, muchas personas se negaron a hablar y a mostrar lo que portaban en mochilas o bolsas de plástico oscuras.
Cargar con bultos de billetes, sin embargo, no quiere decir que se tenga una fortuna. Unos 16.000 bolívares, el límite diario en un cajero automático en una entidad bancaria, equivale a apenas US$4 en el mercado paralelo y suponen 160 billetes de 100.
Carretillas
Para muchos en Venezuela, que sufre una severa crisis incluso con desabastecimiento de comida y productos básicos, esos paquetitos de dinero en bolsos suponen una pequeña fortuna.
Por eso este martes había precaución y las fuerzas de seguridad custodiaban algunas filas para evitar robos.
No se ven grandes cantidades de papel.
"No van a ir con carretillas, camiones, maletas a meter canjes de billetes de 100. Eso está penado (...) No pretendan que nosotros vamos a canjear todo eso", dijo este martes en televisión el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes.
Es una incógnita saber si será eficiente la entrada en vigor de los nuevos billetes y la retirada del de 100, sobre todo para las personas que pagan y ganan en efectivo, como Álex, y los que no tienen cuenta bancaria o tarjeta, es decir, los más pobres.
Por ello, el gobierno busca incentivar el uso de operaciones electrónicas, con tarjeta o transferencia con una rebaja del 2% del IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido).
Otra fila
Mientras, la gente busca cambiar o desprenderse de los billetes de 100. Hay tiendas que ya no los aceptan y un supermercado del este de Caracas lo hace pero hasta un límite de pago de 5.000 bolívares.
No es fácil. Es un obstáculo más para el venezolano. Una fila más estos días a sumar a la que hace para comprar pan o alimentos a precio regulado o a la que hace en un comercio cuyo sistema de pago con tarjeta colapsa y no tiene suficiente efectivo para un desayuno simple.
Sobre todo ahora que al popular billete de 100 ya no lo quiere nadie. Muere el viernes.