AFP
La victoria del magnate Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos tomó desprevenida a la Unión Europea, cuyos cancilleres debaten este domingo el impacto de la futura administración estadounidense en un bloque ya debilitado por una serie de crisis.
"No sabemos qué esperar. Esa es la realidad. Mucho se dijo durante la campaña que, si se produjera, representaría un cambio serio en la política exterior de Estados Unidos", reconoció una fuente europea.
Trump criticó durante la campaña los acuerdos de libre comercio y cuestionó su cooperación militar con sus socios de la OTAN, dos pilares de las tradicionales relaciones transatlánticas, generando incertidumbre en una UE que observa además la aparente cercanía del magnate con el presidente ruso Vladimir Putin.
Para el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, los acontecimientos de 2016 son una "señal de alarma para todos los que creen en la democracia liberal" y urgió a los europeos a "actuar juntos".
La UE, que empieza apenas a recuperarse del crash financiero de 2008 y logró reducir a mínimos la llegada de migrantes mediante un controvertido acuerdo con Turquía, se encuentra sumida en una "crisis existencial" desde que Reino Unido decidiese en junio en referéndum irse del bloque.
Su marcha se convertirá en la primera salida de un país en 60 años del proyecto europeo, nacido de los escombros de la Segunda Guerra Mundial. "Europa se forjará en las crisis y será la suma de las soluciones aportadas a esas crisis", dejó escrito en sus memorias Jean Monnet, considerado como uno de los fundadores del proyecto europeo.
Y a esa tarea se encomendaron en septiembre los mandatarios europeos, reunidos sin Reino Unido en Eslovaquia, donde abogaron por reforzar la seguridad interior y exterior del bloque para responder a las preocupaciones de unos 500 millones de europeos.
Trump, primer plato
A petición de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, los cancilleres europeos empezarán durante la noche en una cena informal a analizar el nuevo escenario abierto con las elecciones en Estados Unidos, a quienes se unirán los responsables de Defensa un día después para abordar el impulso de la defensa común.
Para muchos, la marcha de Reino Unido, contrario a reforzar la cooperación militar común, y la victoria de Trump deberían representar un avance en este sentido, si bien en los últimos días varios países han expresado sus reticencias.
Entre ellos figuran los países anteriormente en la órbita soviética que, ante la creciente amenaza de Rusia tras su anexión en 2014 de la entonces península ucraniana de Crimea, prefieren el paraguas de una OTAN fuerte liderada por Washington, indicó otra fuente europea.
"Los europeos están confusos", estimó esta semana en un seminario Judy Dempsey, del centro de análisis Carnegie Europe. "Una se pregunta cuántos llamados a despertarse necesitan realmente para hacer algo".
¿Nuevas sorpresas en 2017?
El próximo aviso podría venir en diciembre de Austria, donde un ecologista se enfrenta a un ultraderechista por la presidencia del país, en la repetición de unos comicios que ganó el verde en mayo por estrecho margen.
Para el líder antiinmigración Nigel Farage, uno de los políticos británicos que encabezaron la opción de abandonar Europa, las sobresaltos no han terminado. "2017 puede sorprendernos tanto como 2016", advirtió.
Los partidos ultraderechistas avanzan en los sondeos en Holanda, Alemania y Francia, donde se celebrarán elecciones el próximo año. Trump y el Brexit hacen que no se puedan descartar nuevas sorpresas en estos comicios.
En este contexto, los mandatarios deberán tener terminado el nuevo impulso que quieren dar a la UE para una cumbre en Roma en marzo con motivo de los 60 años del tratado fundador del proyecto europeo, una cita en la que las palabras de Jean Monnet quizás vuelvan a cobrar todo su sentido.