Bad hombres (hombres malos) es la definición que acuñó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para referirse a los inmigrantes indocumentados que acusa de ser un peligro para su país.
El mandatario utilizó esa denominación para referirse a los "narcos y violadores" que, según él, llegan de México, y también a una pandilla centroamericana que en los últimos años recuperó protagonismo en Estados Unidos.
Se trata de la Mara Salvatrucha o MS-13, integrada en EE.UU. mayoritariamente por salvadoreños, descendientes de salvadoreños y otros inmigrantes fundamentalmente de Guatemala y Honduras.
"Son más duros que cualquier persona que hayas conocido. Están matando y violando a todos por ahí", dijo Trump a la revista Time en diciembre pasado.
El mandatario hizo referencia específica a uno de los más recientes crímenes en los que se vio envuelta la organización criminal: el asesinato de siete jóvenes en Long Island, Nueva York, entre septiembre y octubre de 2016.
Un tribunal de Nueva York acusó de esas muertes a 13 pandilleros, de los cuales 10 son indocumentados y se cree que uno había sido deportado con anterioridad y retornó a EE.UU.
Por si fuera poco, hace una semana se encontraron dos cuerpos en Virginia, en un crimen en el que también está involucrada la Mara Salvatrucha.
Según cifras del FBI, efectivamente existe un aumento de las actividades de la MS-13 en territorio estadounidense.
Esos hechos recientes parecen darle la razón a Trump, o por lo menos darle excusas para seguir enfilando sus ataques contra los inmigrantes.
Sin embargo, expertos consultados por BBC Mundo insisten en que nada de esto justifica los ataques a los indocumentados y la denominación de bad hombres.
El resurgimiento de MS-13
A los asesinatos registrados en Nueva York en los últimos meses se suman otros crímenes reportados en los estados de Carolina del Norte, Massachusetts, Maryland, Nueva Jersey y Virginia, todos ellos en la costa este de EE.UU.
De hecho, después del descubrimiento de dos cadáveres en un parque en el norte de Virginia la anterior semana, la policía local señaló que la ola de violencia en la región está "fuera de control".
Otros cuatro cuerpos habían sido encontrados en ese mismo parque en los últimos dos años.
Un vocero del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) señaló a BBC Mundo que la MS-13 es considerada "la primera y única pandilla callejera designada por el gobierno de Estados Unidos como una 'organización criminal transnacional'".
"El FBI ha visto un aumento en la violencia relacionada con MS-13 en Estados Unidos en los últimos años", indicó el representante de la entidad a este medio.
Los reportes más recientes del FBI señalan que sólo de octubre de 2016 hasta la fecha fueron acusados o condenados más de 100 miembros de la Mara Salva Trucha en estados de la Costa Este.
56 pandilleros tienen casos en Massachusetts, 31 en Carolina del Norte, 23 en Nueva Jersey y al menos 13 en Nueva York, por citar unos estados.
Algunos de los casos por los que fueron arrestados o procesados vienen desde 2010.
Por ejemplo, sólo en Long Island, 30 homicidios ocurridos desde 2010 y vinculados con MS-13 son investigados por la justicia estadounidense.
Las zonas históricas
Los delitos por los que estos pandilleros son procesados son crimen organizado, asesinato, extorsión, tráfico de drogas, tenencia ilegal de armas y uso de documentos falsificados, entre otros.
Una de las cosas que más llama la atención a las fuerzas de seguridad estadounidenses es la juventud de los pandilleros involucrados, muchos de ellos menores de edad.
Una investigación de la Universidad Americana, con sede en Washington D.C., establece que las actividades de las clicas (células de la pandilla) de MS-13 se reactivaron alrededor de 2015.
"Los asesinatos de finales de 2015 en el área de Boston despertaron las alarmas sobre el renacimiento de la MS-13, luego de que a mediados de la década anterior varios casos judiciales la dejaran mermada", señala Héctor Silva, profesor de la Universidad Americana e investigador del proyecto Capacidad Criminal Transnacional de MS-13 en Estados Unidos y El Salvador.
Una de las conclusiones a las que arriba la investigación de Silva es que las clicas se están reactivando en zonas donde tenían presencia históricamente como Nueva York o Maryland.
Otras de las "zonas calientes" donde tiene presencia la Mara Salvatrucha fuera de la costa este son los estados de Texas y California.
A qué se dedican las clicas
La clica es la unidad básica de funcionamiento de la pandilla y opera con diferentes grados de autonomía. Puede articularse con otras clicas y obedecer a líderes que están en libertad o en prisión.
Es la forma organizativa que tiene la Mara Salvatrucha y también su rival llamado Barrio 18.
Ambas organizaciones delictivas tomaron fuerza en las calles de Los Ángeles, California, en la década del 80 y se expandieron una década después por Centroamérica cuando el gobierno estadounidense comenzó a deportar salvadoreños.
Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana, señaló a BBC Mundo que en la actualidad los pandilleros en Estados Unidos se organizan de manera distinta a la de finales del siglo pasado.
"Hubo una fractura interna y han proliferado las estructuras locales. En los 90 había mayor coordinación, ahora hay mucha más autonomía entre las clicas", señalo la académica salvadoreña.
Aguilar añadió que pueden existir vínculos personales entre células de MS-13, pero que en su mayoría tienen actividades particulares en sus territorios.
"Se dedican a controlar sus barrios, el enfrentamiento con grupos rivales, sicariato y narcomenudeo", añadió Aguilar.
Otra actividad detectada por las autoridades estadounidenses es el reclutamiento de menores hispanos en escuelas.
De hecho, las muertes en Long Island de 2016, están relacionadas con intentos de reclutar jóvenes y disputas con grupos rivales en escuelas.
Por su parte, el periodista investigador del portal salvadoreño El Faro, Roberto Valencia, señaló a BBC Mundo que el fenómeno de pandillas en Estados Unidos es distinto al que se produce en Centroamérica.
"Antes existía una estructura de mando, pero ahora hablamos de grupos autónomos. Es un tipo distinto de crimen organizado", señaló Valencia, quien el año pasado realizó una investigación sobre las actividades de MS-13 en Italia.
Valencia añadió, sin embargo, que los crímenes que cometen las clicas en Estados Unidos y llegan a generar reacciones en medios de comunicación nacionales no tienen comparación con los niveles de violencia que se registran en Centroamérica.
Por su parte, Greg Woods, profesor del Departamento de Estudios de Justicia en la Universidad de San José, California, señaló a BBC Mundo que los pandilleros también tratan de encontrar reclutas en los inmigrantes centroamericanos que diariamente intentan llegar a EE.UU.
"Cuando se plantan las semillas en estos jóvenes para seguir con esta cultura de las pandillas, particularmente si estás en uno de los estados más ricos de la unión y te ves en la capa social más baja, lo que te va a atraer es ser parte de una pandilla local y de ahí convertirte en un soldado para el crimen organizado transnacional", indicó el experto
Cifras
En la actualidad, El Salvador desplazó a Cuba como el tercer país país con mayor cantidad de inmigrantes en EE.UU., detrás de México y Puerto Rico.
El último reporte de la Oficina de Censo de Estados Unidos señala que hay más de 2,1 millones de salvadoreños.
Sin embargo, Jeannette Aguilar, directora del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana, señaló a BBC Mundo que las cifras de la diáspora salvadoreña en Estados Unidos y el aumento de delitos de MS-13 no guardan relación.
"En los últimos años, los datos públicos han permitido establecer que soloalrededor del 5% de los deportados desde Estados Unidos tienen registro criminal o vinculación con pandillas", explicó la académica salvadoreña.
¿Con todos estos datos y casos, tiene razón Donald Trump en hablar de los indocumentados como lo hace?
Los expertos consultados por BBC Mundo creen que no se pueden hacer generalizaciones como las que realiza el presidente de Estados Unidos.
Roberto Valencia, de El Faro, concluyó que "es un pensamiento equivocado que puede dar votos, pero no soluciones".