Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, arriba de su mano todo un equipo político que en su mayoría proviene del mismo nicho que Trump: el empresariado. Y su ministra de Educación, Betsy DeVos, no es la excepción.
La empresaria multimillonaria que apuntó el Presidente electo para ese cargo, cuenta con historial en el tema educacional desde su posición como presidenta del Comité Nacional de Partido Republicano de Michigan. Allí impulsó una serie de medidas educacionales que ahora quiere llevar a nivel federal.
Una de ellas, y la que más ha generado polémica, es la del sistema de "school choice" (elección de escuelas), que aboga por las "charter schools" y "voucher programs".
Las "charter schools" son escuelas que reciben financiamiento estatal, pero que funcionan de manera independiente al sistema público educacional y que en ocasiones son privadas. Mientras que los "voucher programs" consisten en el financiamiento del gobierno a un alumno para que este pueda asistir al establecimiento educacional de su elección.
Un modelo similar al de los colegios subvencionados que implementó Augusto Pinochet en Chile en 1980 y que hasta ahora se mantiene en el país.
En una columna publicada este jueves por The Washington Post, se señala que "Chile tiene uno de los sistemas más puros de sistema educacional por voucher".
El mismo diario dice que los seguidores de este sistema argumentan que le da la posibilidad a los alumnos de distritos más pobres de poder ir a mejores establecimientos, y que fomenta la competencia entre las escuelas públicas y privadas.
Sin embargo, los detractores argumentan que este sistema puede terminar reforzando la desigualdad de clase y de raza.
El Post asegura que en Chile este sistema, "no ha ayudado a mejorar las oportunidades de los niños más pobres y rurales. Más que eso, ha incrementado las desigualdades socioeconómicas y ha provocado descontento y protestas".
En Estados Unidos este sistema se ha implementado parcialmente en 14 estados, y -dice el medio- se ha demostrado que el sistema de vouchers "ha tenido poco, si es que alguno, efecto en el desarrollo académico de los estudiantes o en la calidad de la educación pública que compite con el copago de los privados".
Finalmente, la editorial termina con una advertencia: "Sólo unos pocos lugares han utilizado el sistema por completo, haciendo de Chile una advertencia para los reformistas de Estados Unidos".