La lista de afecciones vinculadas con COVID-19 se alarga con el paso de las semanas, e incluye, entre otras, complicaciones inflamatorias, neurológicas y cardiovasculares.
La última de ellas afectaría a los más pequeños. En varios países como España, Francia y Reino Unido se detectó un número muy limitado de niños - algunos de los cuales dieron positivo a COVID-19 -, con un estado inflamatorio grave, similar al que provoca la enfermedad de Kawasaki, un mal raro de causas desconocidas.
Hasta el momento, todos los estudios apuntan a que los casos más graves afectan esencialmente a las personas mayores y a los adultos con patologías como la diabetes, la hipertensión y el sobrepeso. Estos pacientes sufren esencialmente un Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS).
Pero el abanico de complicaciones se va ampliando con el paso de los días, a medida que los médicos descubren esta nueva enfermedad.
El COVID-19 "puede atacar casi todas las partes del cuerpo con consecuencias desastrosas", declara a la revista especializada estadounidense Science el doctor Harlan Krumholz, de la Universidad de Yale.
Este cardiólogo encargado de reunir los datos clínicos de la enfermedad en Estados Unidos agrega: "Su ferocidad es impresionante".
"Tormentas de citoquinas"
En sus formas más graves, la enfermedad puede provocar una aceleración de la reacción inmunitaria, las llamadas "tormentas de citoquinas", susceptibles de causar la muerte.
Descrito desde hace solo dos décadas, este fenómeno también fue observado en los coronavirus del SARS en 2003 y el MERS en 2012 y se sospecha que podría explicar la hecatombe de la "gripe española" de 1918-1919, con casi 50 millones de muertos.
Parte de la investigación terapéutica se dedica precisamente a tratar de calmar esta sobrerreacción inmunitaria, como es el caso del prometedor ensayo de un medicamento inmuno-modulador, el tocilizumab, llevado a cabo en Francia.
Afecciones neurológicas
La pérdida del olfato y en menor medida del gusto se ha convertido en uno de los marcadores más fiables y distintivos de la enfermedad.
Las observaciones clínicas sugieren paralelamente la aparición de afecciones neurológicas en casos graves.
Un estudio en el hospital de Estrasburgo de Francia publicado en el New England Journal of Medicine mostró una proporción importante de pacientes con síntomas de agitación y confusión al recibir el alta en el servicio de reanimación.
Pero "nos faltan datos para determinar" si estos problemas se deben a los efectos de la enfermedad o a la consecuencia de los cuidados intensivos, según el estudio.
A principios de abril, un equipo japonés informó de la presencia de restos de coronavirus en el líquido cefalorraquídeo de un paciente con COVID-19 que había desarrollado una meningitis y una encefalitis, sugiriendo que el SARS-CoV-2 puede penetrar en el sistema nervioso central.
Complicaciones cardiovasculares
Cada vez más estudios apuntan a un elevado nivel de complicaciones cardiovasculares en los casos graves.
A finales de marzo, un estudio publicado en la revista estadounidense JAMA documentó afecciones cardíacas en el 20% de un grupo de más de 400 pacientes hospitalizados en Wuhan.
Paralelamente, se observa la formación anormal de coágulos de sangre en algunos enfermos: un estudio holandés los detectó en un tercio de un grupo de casi 200 pacientes.
Esta presencia de coágulos en la circulación sanguínea puede provocar un ataque cerebral, una embolia pulmonar o un infarto.
"Esta coagulación no se parece a una coagulación habitual", subraya a la AFP Shari Brosnahan, médica reanimadora en el hospital de NYU Langone, de Nueva York.
Cada vez más médicos y científicos consideran que estos coágulos sanguíneos desempeñan un papel mayor en la gravedad y la mortalidad del COVID-19.
Pero el vínculo entre los coágulos y el virus SARS-CoV-2 sigue siendo un misterio. Podría incluso ser indirecto, relacionado una vez más con la tormenta inflamatoria que padecen algunos enfermos.