Miss Sadat se temía que algo iba a pasar: un trayecto de ocho horas hacia Kabul es tentar a la suerte con el Talibán.
Y efectivamente, aunque viajaba por una de las autovías supuestamente más seguras de Afganistán, la joven estudiante se encontró con los islamistas en el trayecto hacia la universidad desde su casa de Mazar e Sharif.
Lo extraordinario, es que los grabó con su celular.
"Esperaba que fuera a suceder algo", le dijo la joven a la BBC durante una entrevista en Kabul, en la que habló de un "sexto sentido".
El autobús se encontró con un control talibán, con combatientes que portaban lo que parecían ser grandes armas en los hombros.
Y en cuanto uno de los militantes se subió al vehículo, Miss Sadat (no es su nombre completo) empezó a grabar la escena con su teléfono celular.
El hombre comenzó a conversar con los pasajeros, parte en farsi, parte en pastún, los dos idiomas principales del país.
La cámara del celular capta la cara del militante talibán desde abajo porque Miss Sadat tenía el teléfono escondido en su regazo, pero toda la conversación se grabó.
El tono es amable, el insurgente dice que espera que los pasajeros estén bien, y ellos le desean también lo mejor.
Sigue una conversación con una pasajera que no viste un burka, el velo de cuerpo completo que era obligatorio para las mujeres cuando gobernaba el Talibán.
En su diálogo con los pasajeros alguien le pregunta al militante si es pastún, el grupo étnico al que pertenece la mayoría del Talibán, a lo que responde que la etnicidad no importa.
"No marca diferencias. Nada de pastún, farsi, uzbeko o turcomano. Soy un campesino", se le oye decir mientras hay sonidos de aprobación de algunos pasajeros.
Miss Sadat, que creció en el extranjeromientras el Talibán gobernaba Afganistán, dice que nunca había visto o conocido a un solo miembro del grupo o incluso soñado con ver a alguno alguna vez.
Pero esta vez su suerte estaba echada.
Parada inesperada
La zona de Chashmaye-Shir donde fue detenido el autobús está cerca de uncruce de carreteras en el que una rama se dirige al noreste hacia Kunduz, la ciudad que recientemente fue tomada durante varios días por los insurgentes.
La autovía suele estar muy concurrida, unos 20 autobuses de pasajeros hacen el viaje cada día.
Y el incidente ocurrió más o menos a mitad del viaje, en la provincia de Baghlan.
El hombre armado pregunta entonces si hay algún soldado del ejército o funcionario del gobierno a bordo.
La voz de una mujer lo niega y le asegura que son todos civiles y que algunos necesitan tratamiento médico en Kabul.
En ese momento se oye al combatiente talibán decir que la gente que trabaja para el gobierno debe abandonar su empleo y si lo hacen, no se les dañará.
Al bajar del autobús, dice que las afirmaciones de que el Talibán es brutal no son ciertas.
"Agunas personas dicen que en el Talibán hay caníbales", dice, mientras los pasajeros se ríen nerviosos.
"Soy talibán y no un caníbal".
Segundo encuentro
Sólo cuando el hombre se baja del autobús se oye a uno de los pasajeros que dice: "Gracias a Dios que se ha ido".
Miss Sadat relata que hubo una sensación de alivio entre los viajeros pero sólo duró unos segundos, hasta que el autobús fue detenido otra vez.
La estudiante recuerda que entonces sí se asustó mucho, pensando que quizá el hombre la vio grabar el encuentro.
"Otro hombre armado subió al autobús y se acercó a mí", evoca.
"Pero entonces apuntó a un trapo que estaba enfrente de mí en la zona del conductor y pidió que fuera retirado".
La chica dice que el trapo tenía una fotografía de una mujer semidesnuda.
Finalmente el autobús continuó el viaje y Miss Sadat llegó sana y salva a Kabul.
Después de compartir el video, recibió muchos mensajes, algunos de elogio y otros de crítica.
"Algunos dicen 'bien hecho, eres valiente, buena suerte, estamos orgullosos de ti' y cosas así", dice.
"Pero otros dicen 'te arriesgaste, pusiste la vida de los pasajeros en peligro, no lo vuelvas a hacer'".
Explica que simplemente grabó porque le pareció que la situación era interesante y quería compartirla con su familia y amigos.
"El Talibán le quiere mostrar a la gente que se han hecho buenos, quieren ganarse los corazones de las personas", señala, y añade que ella sigue sin estar convencida.
El liderazgo del Talibán ha dicho en repetidas ocasiones que el grupo sólo atacará a funcionarios del gobierno, fuerzas de seguridad y tropas extranjeras, y que no dañará a los civiles.
Durante la toma de Kunduz, un comunicado del líder del Talibán, mulá Mansur, instó a los combatientes a respetar las vidas y propiedades de los ciudadanos.
Pero informes de Naciones Unidas responsabilizan de forma habitual al movimiento insurgente de la mayoría de las muertes de afganos comunes y corrientes.
Un portavoz de la empresa de transportes que gestiona los servicios de la autovíaKabul-Mazar le dijo a la BBC que sus autobuses han sido detenidos por el Talibán en esa carretera varias veces.
"La inseguridad de las autopistas, especialmente después de la caída de Kunduz en manos del Talibán, afecta todas nuestras vidas", declaró el conductor, que no quiso dar su nombre.