La izquierda radical decide si apoya un gobierno separatista en Cataluña
Los militantes de la izquierda anticapitalista deciden este domingo si apoyan la formación de un nuevo gobierno en Cataluña dirigido por el liberal Artur Mas para avanzar hacia la independencia de esta región del noreste de España.
Los independentistas consiguieron mayoría absoluta en el parlamento catalán tras las elecciones regionales del 27 de septiembre, que les permitió aprobar una polémica moción que declaró el inicio de un proceso de secesión en esta rica región de 7,5 millones de habitantes y su insumisión a las instituciones de españolas.
Pero fueron incapaces de formar gobierno por las discrepancias ideológicas entre la coalición de izquierda y derecha Juntos por el Sí (62 diputados) y la anticapitalista Candidatura de Unidad Popular (CUP, 10 diputados).
Juntos por el Sí necesita al menos dos diputados de la CUP para reelegir al presidente saliente Artur Mas, pero la izquierda radical exige un plan de medidas sociales y una figura de consenso para liderar el gobierno regional.
Esta semana la coalición presentó su propuesta con medidas para luchar contra la pobreza infantil y los desalojos y paralizar algunas privatizaciones. Pero mantuvo la candidatura de Mas, criticado por la CUP por las políticas de austeridad y los escándalos de corrupción en su partido CDC.
Este domingo, la formación anticapitalista, antieuropeista y anti-OTAN someterá la propuesta a la votación de más de 3.500 militantes reunidos en una asamblea en Sabadell, una pequeña ciudad 30 km al norte de Barcelona.
"Si la asamblea vota que no a esta propuesta, no hay posibilidad de acuerdo", señaló el portavoz de la CUP, Albert Botran, subrayando que los diputados electos no votarán para no influir en la decisión.
El imprevisible resultado mantiene en vilo a la región que, si hasta el 9 de enero no consigue dotarse de un nuevo gobierno, deberá celebrar unas nuevas elecciones, las cuartas desde 2010.
En cambio, si la CUP validara la propuesta, Mas podría ser investido antes de final de año y empezar a desplegar su plan para declarar la independencia en un plazo máximo de 18 meses.
Todo ello coincidiría con un momento de incertidumbre en España por las dificultades para formar gobierno del jefe del ejecutivo saliente, Mariano Rajoy, tras su pírrica victoria en las elecciones legislativas del pasado domingo.
En estos mismos comicios, los independentistas sufrieron cierto retroceso ante el empuje del partido de izquierda radical Podemos, que se opone a la secesión pero defiende un referéndum sobre la independencia, como los realizados en Escocia o en la provincia canadiense de Quebec.