La historia contada esta semana por el abogado de Río de Janeiro, Eduardo Goldenberg, está conmocionando a Brasil. El relato comienza en la noche del 31 de diciembre, cuando el profesional carioca partió a la playa de Copacabana a recibir el nuevo año, tal como lo hace siempre en esa fecha.
"Con décadas de Nochevieja en Copacabana en la espalda, siempre fui únicamente con la llave de casa, un poco de dinero que me baste para beber en la playa y un documento de identidad, nada más. En este último año nuevo, sin razón aparente, salí de casa con la billetera que uso día a día", cuenta.
La billetera estaba llena de documentos, tarjetas de banco, el carnet de socio del Flamengo y 1.017 reales en efectivo (unos 183.000 pesos chilenos), entre otras cosas, señala el profesional en su relato que compartió en Facebook.
Goldenberg dice que en la estación del metro Siqueira Campos sintió que una mano se retorcía "en el bolsillo izquierdo" de su bermuda. "Adiós billetera, adiós dinero", dice. Sin embargo, el abogado indica que no se hizo problema porque le importaba más pasarlo bien en Año Nuevo. "La única modificación en lo programado fue que perdí 10 minutos en el teléfono cancelando las dos tarjetas que llevaba".
El abogado relata que el viernes 1 estaba almorzando con unos amigos cuando recibió un mensaje por Facebook. Allí, un hombre le señalaba que durante la noche anterior había encontrado su billetera robada en la misma estación de metro Siqueira Campos. Goldenberg fue el domingo a buscarla. Encontró la billetera con todos sus documentos, salvo sus tarjetas de visita.
Lo más sorprendente ocurrió después. Al llegar a su oficina el martes, el abogado se encontró en su escritorio con un sobre blanco cerrado, sin nada escrito y con un considerable volumen adentro.
"Cerré la puerta. Encendí las luces, me senté, me puse los lentes, abrí con cuidado el sobre y conté 967 reales (unos 174.000 pesos) en efectivo. Y un papel manuscrito". En él decía lo siguiente: "Doctor Eduardo estoy devolviendo su dinero que tomé de su billetera el día 31 en Copacabana. Arrepentido, no dormí y le pido que me perdone. Feliz año nuevo. Sólo saqué 50 reales (9.000 pesos) para comprar una champaña para mi madre. Fabio", indica.
"Yo sólo lloraba. Quien me protege no duerme", concluye el abogado, quien dijo a la cadena brasileña O Globo que le gustaría conocer al ladrón y las razones que lo llevaron a devolver el dinero.
