La ayahuasca abre nuevas esperanzas para la cura del Alzheimer
El saber ancestral de los pueblos de la Amazonía está calando en los laboratorios y ya existen varios estudios sobre los beneficios del consumo de ayahuasca, una bebida tradicional de los pueblos originarios de la cuenca amazónica que se usa en rituales chamánicos. "Se han potenciado esos estudios, por parte de ciertas organizaciones y corporaciones interesadas en financiar investigación científica sobre estos temas, principalmente en los países del Norte Global, mientras que en los países del Sur Global han sido más bien determinados gobiernos quienes han incentivado la investigación a partir de recursos públicos”, dijo a DW Alhena Caicedo, profesora asociada del Departamento de Antropología de la Universidad de Los Andes, de Colombia. Así apuntó a las investigaciones desarrolladas en países como España, Canadá, Brasil y Uruguay en los últimos 20 años, cuyos resultados muestran "el potencial terapéutico para casos de depresión y de adicción”.
Otras aplicaciones de la ayahuasca son en tratamientos de trastornos psiquiátricos, apuntó a DW José Ángel Morales, investigador del Departamento de Biología Celular de la Universidad Complutense de Madrid, quien ha dirigido un estudio con uno de los componentes de la ayahuasca, la dimetiltriptamina (DMT). "Teníamos la idea de que posiblemente pudiera estar implicada en la formación de nuevas neuronas”, dijo a DW.
Por este motivo, se llevaron a cabo experimentos en laboratorio a partir de células madre neurales encargadas de formar neuronas. "Vimos que con el tratamiento con DMT las células madre se dividían mucho más rápidamente, que estaban activas, que se movían más rápidamente, es decir, que iban a formar algo, y que finalmente eran capaces de formar neuronas”, subrayó. Tras estos primeros resultados se llevaron a cabo experimentos con ratones a los que se les inyectó el componente de la ayahuasca durante tres semanas para estudiar si eran capaces de formar neuronas y cuál era su funcionamiento. "Para comprobar que esas neuronas que se estaban formando estaban trabajando, lo que hicimos fue someter a los animales a pruebas de comportamiento que mostraron que hubo una mejora cognitiva de los animales de experimentación”, recalcó.
El estudio, que fue publicado en ‘Translational Psychiatry‘, recoge los resultados de cuatro años de experimentación, demostrando que en los animales, la DMT es capaz de formar nuevas neuronas y otras células neuronales como astrocitos y oligodendrocitos.
Estimulando al cerebro
"Los humanos tenemos nichos celulares con células madre que reponen el tejido que se va degastando. En el sistema nervioso también tenemos células madre neurales, pero esas células madre neurales no se activan”, explicó Morales, recalcando que "lo ideal para las enfermedades neurodegenerativas sería que las células madre generaran nuevas neuronas, pero eso no pasa”.
Por ello, el objetivo es "ver cómo podemos estimular esas células madre que ya tenemos en el cerebro a que formen nuevas neuronas y sustituyan a las que se están muriendo en la enfermedad”, y buscar tratamientos para "despertar” dichas neuronas. "La repercusión en el futuro sería conseguir que con este tipo de tratamiento pudiéramos formar concretamente las neuronas que están muriendo con Parkinson y Alzheimer, y así poder detener el avance de la enfermedad”.
Por este motivo, se empezó a llevar a cabo un estudio paralelo con "animales que desarrollan algunas características de la enfermedad de Parkinson y ver si este compuesto también es capaz de producir nuevas neuronas en un modelo específico de enfermedad, no en condiciones normales como hemos visto hasta ahora”. No obstante, dicho estudio, para el que se prevé que se hayan recopilado todos los datos a finales del próximo año, está sufriendo dificultades económicas. "En la última convocatoria nacional nos dieron 80.000 euros para tres años, pero los tres años ya han pasado y ahora tenemos que buscar financiación como sea o todo este trabajo se para”, alertó Morales.
¿Beneficio o perjuicio?
A pesar de que en esta investigación se sintetizó la ayahuasca en un laboratorio de manera artificial, el trabajo científico con este tipo de componentes puede tener consecuencias para los pueblos originarios. "Va a representar una mayor demanda y eso tensiona las condiciones ecológicas en las que se está produciendo la ayahuasca en la Amazonía”, consideró la profesora asociada del Departamento de Antropología de la Universidad de Los Andes de Colombia.
Asimismo, estas poblaciones van a tener que hacer frente a otros aspectos como "la apropiación cultural, los derechos de la propiedad intelectual y patentes”, dijo Caicedo, que consideró que se está generando una economía alrededor del consumo de esta substancia. "Lo que va a suceder es básicamente lo que ha sucedido con la mayoría de los recursos naturales amazónicos: que terminan por circuitos comerciales extractivistas que sacan ese tipo de material hacia fuera”, criticó.
Con ello concuerda Miguel Evanjuanoy Chindoy, miembro de la Unión de Médicos Indígenas Yageceros de la Amazonía colombiana, una organización creada en 1998 que defiende el yagé, otra de las denominaciones de la ayahuasca, la cultura y territorio de los pueblos indígenas. "Hay muchas organizaciones que están comercializando, haciendo mal uso de las plantas medicinales.”, dijo a DW, denunciando que esta situación los pone en riesgo ya que "lo único que están haciendo es empobrecer a los pueblos, extraer la información, documentarse, invadir y volver a convertirlo en otra industria”. Por este motivo, reclamó "respeto para las plantas sagradas” y que se dejen de tratar como un objeto o una herramienta.