El poderoso "lobby" o grupo de presión armamentista estadounidense, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), anunció el viernes que se había declarado en quiebra para congelar los procedimientos legales en el estado de Nueva York.
La NRA y una de sus afiliadas han abierto los llamados procedimientos del "Capítulo 11" en la corte de bancarrotas de Texas para asegurar su futuro "libre del ambiente político tóxico de Nueva York", escribió su influyente jefe Wayne LaPierre en una carta a sus miembros.
El estado de Nueva York había presentado una denuncia en agosto contra la NRA, el propio LaPierre y otros tres altos dirigentes, acusados de haber utilizado las contribuciones de sus miembros como "su propia alcancía".
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, demócrata, negó cualquier motivación política, aunque reconoció que la denuncia podría conducir a la disolución de la NRA.
"El estado financiero declarado por la NRA finalmente se ha unido a su estado moral: en quiebra", comentó tras el anuncio del plan de reestructuración. "No permitiremos que la NRA utilice esta o cualquier otra táctica para escapar de sus responsabilidades", agregó James.
Durante décadas, el lobby ha defendido el punto de vista de millones de propietarios de armas en Estados Unidos, oponiéndose firmemente a cualquier regulación de ese mercado.
Su influencia es considerable y la organización no escatima en gastos para apoyar a los candidatos que defienden las mismas posiciones en las elecciones locales y nacionales.
La aplicación del Capítulo 11 en Estados Unidos resulta en la suspensión de las demandas y evita que los acreedores tomen medidas para obtener el pago de sus deudas.
"No se planean cambios importantes en las operaciones y en el personal", aseguró Wayne LaPierre. "La NRA no está en quiebra, no para sus actividades y no es insolvente", continuó.
Fundada en 1871 para promover las habilidades con las armas, la pequeña asociación de deportistas y cazadores se convirtió en una formidable maquinaria política desde la década de 1980, y su influencia supera con creces los 5 millones de miembros que reivindica.
La NRA invirtió por ejemplo millones de dólares en las dos campañas presidenciales de Donald Trump.
En 2019 LaPierre logró ahuyentar a los rivales que intentaban acabar con su reinado de 30 años, sin evitar una revelación vergonzosa.
Documentos internos difundidos en los medios revelaron el costoso estilo de vida de LaPierre, con ropa de lujo y viajes a las Bahamas o Italia pagados por la NRA gracias a arreglos financieros validados por aliados internos, que junto a otras prácticas, costaron 64 millones dólares en pérdidas en tres años.
El aura de la NRA también se ha resentido ante el aumento de tiroteos en Estados Unidos. Las armas mataron a más de 43.000 personas en 2020, incluidos los suicidios, según el archivo de Violencia con Armas.