Tomar un taxi volador del aeropuerto Charles de Gaulle de París a una instalación olímpica en 2024 no es una quimera, sino un objetivo "ambicioso".
En el tradicional Salón aeronáutico de Le Bourget, cerca de París, ADP (Aeropuertos de París), RATP (operador del transporte público parisino) y el gigante aeronáutico Airbus anunciaron esta semana el lanzamiento de un estudio de viabilidad de un taxi volador que sería presentado en los Juegos Olímpicos de la capital francesa en 2024.
"Si estamos convencidos de que en los próximos 5, 10, 15, 20 o 30 años la baja altitud será un espacio que hay que conquistar, debemos crear las condiciones ahora", señaló Edward Arkwright, director de ADP, el organismo que administra los aeropuertos de la capital.
Los proyectos de vehículos de despegue y aterrizaje vertical (VTOL, por su siglas en inglés) se multiplican para resolver una ecuación con variables como la urbanización, la congestión de las carreteras y la creciente presión para mejorar el medio ambiente.
La implementación de un tren rápido que conecte el aeropuerto Charles de Gaulle y el centro de París, diseñado para descongestionar el tránsito, se ha pospuesto hasta después de los Juegos Olímpicos.
Pero para Airbus, el gerente aeroportuario y el operador de servicios de transporte público en París, la perspectiva de esos Juegos Olímpicos será la oportunidad de mostrar las iniciativas francesas.
ADP debe elegir antes del fin del presente año uno de los 10 aeródromos que administra en toda la región de París, y luego tendrá 18 meses para construir un "Vertipuerto" capaz de recibir a los taxis voladores.
La inversión en infraestructura es del orden de decenas de millones de euros, dijo Arkwright, y el proyecto permitirá poner a prueba un enlace "a través de un corredor de helicópteros ya existente".
Para llegar a un VTOL en 2024, ADP ya está trabajando junto a Airbus, empresa que investiga desde hace varios años la movilidad urbana con un 100% de propulsión eléctrica.
El fabricante ya tiene dos modelos de prueba, el "Vahana" (de apenas una plaza) y el "CityAirbus" (de cuatro). La idea es "hacer converger esos dos proyestos en un vehículo", explicó Faury.
En su opinión, esta asociación "es una oportunidad única para desarrollar soluciones tecnológicas, un producto, un marco regulatorio y un modelo económico".
"Etapa importante"
"Este proyecto reduce las presiones no solo en términos de infraestructura sino también en lo que se refiere al tráfico aéreo, porque es un experimento en un corredor determinado", dijo Jean-Louis Rassineux, experto en aeronáutica de la consultura Deloitte.
Pero la cuestión central será la aceptación por parte del público en general. Esto requerirá "niveles de seguridad tan exigentes como para el aire" y "un real valor agregado al transporte existente", dijo Rassineux.
"Aún hay un largo camino de que recorrer antes de integrar un vehículo volador en el transporte urbano", dijo la ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne.
Pero califica los experimentos de 2024 como "una de las etapas importantes" del trabajo que "debería permitir que surja una oferta de transporte completa, integrada y respetuosa con el medio ambiente".