La ex fiscal general de Canadá acusó al círculo íntimo del primer ministro Justin Trudeau y otros funcionarios de intento de interferencia política en un proceso penal.
Jody Wilson-Raybould testificó ante el comité de Justicia del Parlamento, que está investigando la presunta intromisión de altos funcionarios del gobierno en el juicio por fraude del gigante de la ingeniería SNC-Lavalin, un caso que desató una tormenta política a solo ocho meses de las elecciones.
Wilson-Raybould dijo que se enfrentó a "amenazas veladas" y sugerencias del secretario del Consejo Privado de Canadá de que "se debe evitar un conflicto con el primer ministro en estos asuntos".
La firma con sede en Montreal fue acusada en 2015 de corrupción por presuntos sobornos a funcionarios en Libia entre 2001 y 2011 para asegurar contratos gubernamentales mientras estaba en el poder Muamar al Gadafi.
Trudeau negó categóricamente cualquier participación directa, y dijo que le había dejado claro a Wilson-Raybould que cualquier decisión sobre el caso "como la fiscal general era solo suya", algo que ella confirmó en su testimonio.
"Las acusaciones reportadas en la historia son falsas"
Trudeau negó las denuncias de acusaciones de que su oficina presionó a la ex fiscal para que abandone. "Las acusaciones reportadas en la historia son falsas", dijo.
"En ningún momento, yo o mi oficina le pedimos al actual procurador general o al anterior que tomara una decisión particular en este asunto", sentenció.
"Estoy sorprendido y decepcionado por esta decisión (de Wilson-Raybould), porque si ella tenía la impresión de que el gobierno no había hecho bien su trabajo y no había respetado todas las normas, su responsabilidad era hablarme al respecto en el otoño, lo que no hizo", comentó Trudeau durante una conferencia de prensa.