Una joven madre murió después de consumir cocaína en su primera noche de fiesta tras el nacimiento de su bebé, según ha escuchado un tribunal del Reino Unido.
Becky Tollan, de 23 años, murió en una casa en Lanarkshire, Escocia, el 15 de julio de 2019, luego de salir de fiesta con su cuñada y dos hombres que conocieron en un pub local.
Los hombres, Barry McAuley, de 40 años, y Martin Stewart, de 34, fueron acusados de homicidio culposo luego de supuestamente proporcionarle a Tollan la droga de clase A.
El juicio de los dos hombres comenzó el miércoles, con la cuñada de la víctima, Pamela Tollan, subiendo al estrado para recordar la trágica muerte de la joven. "Becky comenzó a temblar", dijo a la corte la mujer visiblemente afectada, según el medio británico Mirror.
"Solo pensé que tenía frío al prinicipio. Yo decía: '¿Qué le pasa?'. Yo gritaba: '¡Becky! ¡Becky!'", expresó.
Mujer intentó matar dos veces a su mamá ahorcándola: dijo que sólo quería hacerle un "Winnie Pooh"
Pamela explicó que ella y Tollan fueron a un bar la noche del 14 de julio, muy emocionadas porque era la primera fiesta luego de que la víctima diera a luz semanas antes. Ambas estaban sentadas solas en una mesa cuando de regalo le llevaron dos tragos, supuestamente ordenadas por McAuley y Stewart.
Posteriormente, las mujeres fueron a hablar con ellos y comenzaron a beber. Pamela le dijo a la corte que Tollan luego les preguntó a los sujetos si tenían alguna 'cosa'. "Sabía exactamente lo que quería decir… preguntar si tenían cocaína", dijo la cuñada devastada.
Uno de los hombres supuestamente 'hizo' una "bolsa pequeña" de la droga antes de que Tollan desapareciera al baño para presuntamente ingerirla. Luego, el grupo se trasladó a una casa que quedaba cerca, donde Becky consumió más cocaína.
Tras empezar a temblar y sangrar por la boca, ya que se había mordido la lengua, llamaron a los equipos de emergencia a la casa, pero no pudieron salvarla. La joven fue declarada muerta el 15 de julio.
Pamela le dijo a la corte que su cuñada se había abstenido de las drogas y el alcohol durante su embarazo y que su cuerpo pudo haber estado abrumado en su primera noche después de dar a luz. McAuley y Stewart se han declarado inocentes del cargo de homicidio culposo.