Japón sigue buscando supervivientes tras el terremoto que dejó nueve muertos
por Kazuhiro NOGI con Hiroshi HIYAMA en Tokio
AFP
Los equipos de socorro seguían buscando este viernes a supervivientes entre los escombros en una región del suroeste de Japón, un día después de un terremoto que dejó al menos nueve muertos y cientos de heridos.
El balance del terremoto y las violentas réplicas registradas en la prefectura de Kumamoto, situada en la isla de Kyushu, es por el momento de nueve muertos y 860 heridos, 53 de ellos graves, según el gobierno.
"La casa tembló de arriba a abajo", contó a la AFP Nobuyuki Morita, un residente de 67 años de la ciudad de Mashiki. "Estábamos viendo la televisión cuando de repente sentimos unos temblores muy fuertes. Me sorprendió mucho, nunca he visto un temblor así en mi vida".
Morita y su mujer pasaron la noche en un coche porque no podían volver a su casa, con el techo derrumbado y los muebles desperdigados. El reloj se quedó parado a las 21H26 (12H26 GMT), la hora del primer temblor.
"Sólo pude salir de mi casa después de cinco réplicas, fueron tan fuertes que me daba miedo moverme", contó un vendedor a la televisión. En su local todo estaba patas arriba, y los estantes, las mesas y los artículos tirados por el suelo.
En total "se sintieron 123 réplicas", dijo Gen Aoki, un sismólogo de la agencia japonesa de meteorología.
Decenas de casas, muchas de ellas viejas y de madera, quedaron total o parcialmente destruidas. Unas 44.000 personas tuvieron por ello que refugiarse en centros de acogida, donde se les dio arroz y agua potable.
Una niña de ocho meses fue rescatada viva de entre los escombros, indicó la cadena de televisión NHK.
El gobierno declaró el estado de catástrofe natural y envió al lugar a casi 6.500 hombres, entre bomberos, policías y soldados.
"Hemos localizado diversos daños con un helicóptero de las fuerzas de autodefensa dotado de un sistema de rayos infrarrojos, y puede que haya personas atrapadas bajo los escombros. Tememos que el balance aumente", dijo el ministro de gestión de desastres, Taro Kono.
El castillo de la ciudad, de 400 años de antigüedad, también resultó dañado en el techo y los muros.
Fábricas paradas
Varios grandes grupos japoneses, entre ellos Toyota, Bridgestone, Honda y Sony, decidieron este viernes suspender las operaciones en las fábricas de la zona para hacer un balance con los proveedores y evaluar los daños.
Varias carreteras resultaron dañadas, y los transportes se vieron perturbados. Un tren de alta velocidad que no transportaba pasajeros descarriló y el tráfico ferroviario tuvo que ser interrumpido para revisar las vías, como suele hacerse cada vez que hay un terremoto.
Además, al menos 14.000 hogares se quedaron sin electricidad, y hubo asimismo cortes en el suministro de gas y agua.
La compañía que alimenta la región, Kyushu Electric Power, aseguró que no se detectó ninguna anomalía en la central nuclear de Sendai, donde se encuentran los dos únicos reactores en servicio en Japón.
Las demás instalaciones nucleares de la región, es decir las de Ehime y Genkai, no se vieron afectadas, según las compañías operadoras.
Japón, situado en la intersección de cuatro placas tectónicas, sufre cada año más del 20% de los sismos más fuertes del planeta.
Los japoneses son todavía más sensibles a los peligros de los temblores desde el tsunami de marzo de 2011, que mató a unas 18.500 personas y provocó un grave accidente nuclear en la central de Fukushima.