Italia celebró hoy (30.08.2016) su segundo funeral de Estado por las víctimas del terremoto, esta vez en Amatrice, la localidad más afectada por el sismo de la semana pasada que dejó 292 víctimas.
El primer ministro italiano Matteo Renzi y el presidente Sergio Mattarella estuvieron presentes en la ceremonia, que fue oficiada en las afueras del pueblo, devastado por el terremoto de magnitud 6,2. Antes de la ceremonia, Renzi visitó a los sobrevivientes que acampan en Amatrice, donde murieron 231 personas.
A la ceremonia han acudido además de familiares, amigos y conocidos de las víctimas, voluntarios, miembros de los equipos de rescate, autoridades locales y regionales, y numerosos ciudadanos italianos que, a pesar de no conocer a los difuntos, han querido mostrar su solidaridad con el dolor de los afectados.
La ceremonia ha estado presidida por el obispo de Rieti, Domenico Pompili, y ha contado solo con la presencia de 37 ataúdes de habitantes fallecidos de Amatrice.
Polémica por el lugar de la ceremonia
El resto de los cuerpos fueron llevados a la localidad de Rieti, donde en un primer momento se iban a celebrar las exequias, mientras otros féretros fueron trasladados a Roma por decisión de sus familias ya que muchos eran veraneantes que residían en la capital.
El funeral tuvo lugar después de que el Gobierno decidiera celebrarlo en Amatrice tras las fuertes protestas de sus vecinos. Por motivos de seguridad, las autoridades italianas habían decidido que el funeral tuviera lugar en el aeropuerto de Rieti, pero la fuerte presión del alcalde de Amatrice y de sus ciudadanos, que alegaban poder despedir a sus muertos en el municipio del que eran originarios, obligó al Ejecutivo de Renzi dar marcha atrás en la decisión.
"Abandonar estos lugares sería asesinarlos por segunda vez", dijo el obispo de Rieti, durante la homilía de la misa fúnebre celebrada en este pueblo siniestrado.