Este sábado (24.12.2016), un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU emitiera una resolución que condena la construcción de asentamientos judíos en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Oriental, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, reaccionó ordenando reexaminar el estatus de las relaciones entre su país y la Organización de las Naciones Unidas, e interrumpir inmediatamente el financiamiento de cinco de sus organismos "particularmente hostiles a Israel”.
"Le he pedido al Ministerio de Exteriores que evalúe, en un plazo de treinta días, nuestras relaciones con la ONU, tanto lo concerniente a nuestro financiamiento de sus organismos como a la presencia de sus representantes en Israel”, dijo Netanyahu en un acto público con motivo de la fiesta judía de Janucá. Además, llamó a consultas a sus embajadores en Nueva Zelanda y Senegal, dos de los países que apoyaron la resolución en cuestión, aprobada gracias a una crucial abstención estadounidense que no se registraba desde 1981.
Le he pedido al Ministerio de Exteriores que evalúe, en un plazo de treinta días, nuestras relaciones con la ONU, tanto lo concerniente a nuestro financiamiento de sus organismos como a la presencia de sus representantes en Israel
Por otro lado, Netanyahu suspendió unilateralmente la visita del ministro de Exteriores de Senegal, Mankeur Ndiaye, prevista para enero de 2017. Como era de esperarse, Arabia Saudita, la Liga Árabe y el Gobierno de Jordania han valorado positivamente la resolución de la ONU, que recibió catorce votos a favor, ninguno en contra y una abstención. Mientras Netanyahu tacha esa moción de "sesgada y vergonzosa” y augura que con el tiempo "será anulada”, la opinión predominante en el seno de la ONU es que ésta contribuirá a revivir el proceso de paz palestino-israelí.
Lee también: