Israel quiere poner fin a actividades de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos
Israel prometió el sábado poner fin a la presencia en Gaza de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), envuelta en una polémica por el presunto papel de algunos de sus empleados en el ataque de comandos de Hamás del 7 de octubre.
Estados Unidos anunció el viernes que suspendía temporalmente su financiación a la agencia, una decisión imitada el sábado por Australia, Canadá, Italia y Reino Unido.
La UNRWA, en la mira de las autoridades israelíes desde hace tiempo, despidió a varios de sus empleados, después de que Israel los acusara de estar involucrados en el ataque del movimiento islamista contra su suelo. Según Estados Unidos, la agencia de la ONU echó a 12 de sus empleados.
Los hechos concretos que se les reprocha no han salido a la luz. Pero el jefe de la diplomacia israelí afirmó el sábado que la UNRWA no tenía futuro en la Franja de Gaza, donde los combates no dan tregua desde finales de octubre.
El gobierno quiere "asegurarse de que la UNRWA no sea parte" de la solución en el territorio palestino tras la guerra, declaró Israel Katz. En un comunicado, expresó su deseo de "detener" todas las actividades de la agencia.
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Hamás denunció seguidamente las "amenazas" israelíes contra la UNRWA e instó a la ONU y a otras organizaciones internacionales a no "ceder ante las amenazas y el chantaje".
El grupo islamista, catalogado como "organización terrorista" por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, acusó a Israel de querer "cortar los fondos y privar" a los gazatíes de cualquier ayuda.
El ministro de Asuntos Civiles de la Autoridad Palestina, Husein al Sheij, pidió a los países que decidieron retirar su apoyo a la UNRWA que "reviertan inmediatamente su decisión".
La agencia, insistió, "necesita el máximo apoyo (...) no recortes en la ayuda y la asistencia".
La guerra estalló el 7 de octubre, con la incursión de comandos islamistas en el sur de Israel, que provocaron la muerte de unas 1.140 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a cerca de 250, según un balance de la AFP realizado a partir de datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre en Gaza, que ha dejado hasta el momento 26.257 muertos, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, según el ministerio de Salud del territorio.
"Papel vital"
Las relaciones entre Israel y la UNRWA empeoraron después de que la agencia de la ONU atribuyera el miércoles a tanques israelíes los disparos contra uno de sus centros de acogida de desplazados en Jan Yunis, en el sur de Gaza.
Al menos 13 personas murieron y más 56 resultaron heridas en ese ataque, según la agencia, que denunció una "flagrante violación de las reglas fundamentales de la guerra".
El ejército israelí afirmó que iba realizar una "investigación exhaustiva" de sus operaciones en la zona, pero no descartó la responsabilidad de Hamás en el ataque. El ejército israelí es la única fuerza que tiene desplegados tanques en Gaza.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, se mostró prudente. Aunque reconoció que la agencia juega un "papel vital" en Gaza, afirmó que esperaba "total transparencia" y "medidas inmediatas" antes de tomar una decisión.
En cambio Italia, Australia, Canadá y Reino Unido decidieron suspender temporalmente su financiación a la agencia.
Johann Soufi, abogado internacional y exdirector de la oficina jurídica de la UNRWA en Gaza, aseguró a la AFP que la agencia tenía una "política de tolerancia cero frente a la violencia y la incitación al odio".
"Sancionar a la UNRWA (...) por la supuesta responsabilidad de unos pocos empleados equivale a castigar colectivamente a la población gazatí, que vive en condiciones humanitarias catastróficas", defendió.