El Tribunal Supremo israelí invalidó en la noche del martes una controvertida ley que permitía a Israel apropiarse de cientos de hectáreas en Cisjordania ocupada, un texto que había escandalizado a los palestinos.
Esta ley, aprobada en 2017, había sido suspendida a la espera de que los jueces de la Corte Suprema decidieran su validez en relación con la justicia israelí.
Los consejos locales palestinos y las organizaciones no gubernamentales palestinas e israelíes se habían dirigido a la Corte.
La ley aprobada el 6 de febrero de 2017 permitía a Israel expropiar, a cambio de una compensación económica, a los propietarios palestinos de tierras privadas en Cisjordania en las que los colonos judíos habían construido sin autorización oficial israelí.
Su objetivo es legalizar los asentamientos no reconocidos por Israel de conformidad con la legislación israelí y evitar que sean demolidos por decisión de los jueces.
Israel distingue entre asentamientos reconocidos e ilegales. Sin embargo, Cisjordania es un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967 y, de conformidad con el derecho internacional, todos los asentamientos son ilegales.
La ministra de Asentamientos de Israel, Tzipi Hotovely, denunció el fallo del Tribunal Supremo, acusándolo de "declarar la guerra al derecho de los judíos a instalarse en la tierra de Israel".
"La mejor respuesta a la Corte es la anexión y la continuación de la construcción", en Cisjordania, agregó la ministra en un comunicado.
Adala, una de las oenegés que se opusieron a la ley, consideró el fallo como una "decisión importante". "El Tribunal ha dictaminado que el Parlamento israelí no puede aprobar leyes que violen las leyes humanitarias internacionales", señaló en un comunicado.
La construcción de asentamientos civiles en el territorio ocupado es vista por gran parte de la comunidad internacional como un obstáculo importante para la paz entre palestinos e israelíes.
Israel debe revelar a principios de julio su programa de aplicación del plan del gobierno de Donald Trump para el Medio Oriente, que prevé la anexión de partes de Cisjordania ocupada y la creación de un Estado palestino en un territorio reducido.
Los palestinos rechazan este plan y tratan de movilizar apoyos, sobre todo en Europa, para presionar a Israel a que abandone su proyecto de anexión.