Irán rechazó el martes los llamados de los países occidentales a renunciar a sus amenazas contra Israel y afirmó que no pide "la autorización" para responder a su archienemigo, a quien acusa de haber asesinado al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en su territorio.
"La República Islámica está determinada a defender su soberanía [...] y no pide la autorización de nadie para utilizar sus derechos legítimos", indicó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Naser Kanani, en un comunicado.
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El presidente estadounidense, Joe Biden, y los gobernantes de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, pidieron la víspera a Irán "renunciar a sus continuas amenazas de un ataque militar contra Israel", en un comunicado publicado por la Casa Blanca.
"Un pedido así no tiene lógica política, es totalmente contrario a los principios y reglas del derecho internacional y constituye un apoyo" a Israel, añadió Kanani.
Según el portavoz, esta declaración no hace "ninguna objeción a los crímenes internacionales del régimen sionista", pero "pide sin impudencia a Irán no actuar de forma disuasoria" contra un Estado que "ha violado su soberanía".
Teherán y sus aliados regionales en Líbano, Irak y Yemen amenazan a Israel con represalias armadas desde el asesinato el 31 de julio en la capital iraní del jefe de Hamás, que atribuyen a Israel, y el de Fuad Shukr, el jefe militar del Hezbolá libanés proiraní, muerto el día anterior en un bombardeo israelí cerca de Beirut.
La comunidad internacional no cesa de maniobrar para evitar una escalada militar entre Irán, que apoya al Hamás palestino y a Hezbolá, e Israel, respaldado por Estados Unidos.