Científicos de Canadá aseguran haber desarrollado una forma económica y fácil de averiguar si la Salmonella está cerca de los alimentos que consumimos diariamente.
Este método podría detectar la bacteria en una hora y sería menos complicado que una típica prueba casera de COVID-19. Eso sí, apuntaría a un uso en plantas avícolas o preparadoras de alimentos.
Se trata de una prueba de próxima generación desarrollada por investigadores de la Universidad McMaster, en Ontario, Canadá.
¿Cómo funciona?
La prueba se basa en una molécula sintética, creada por los investigadores, que interactúa con la bacteria. Esta molécula está empaquetada entre partículas microscópicas hechas de materiales como el oro.
Cuando una muestra de alimento contaminado entra en contacto con la prueba, una de las enzimas bacterianas de la Salmonella reacciona y abre el paquete, derramando la molécula en el líquido. Luego, la muestra líquida se coloca en una tira de papel especialmente preparada y, gracias a un biosensor también desarrollado por los investigadores, la molécula hará que cualquier líquido contaminado manche el papel de rojo en menos de una hora. Cuanto más roja se pone, más contaminada está la comida.
“Usar estas pruebas es más fácil que usar una prueba Covid, que tanta gente ya está haciendo”, dijo el autor del estudio Carlos Filipe, presidente del Departamento de Ingeniería Química de McMaster, en un comunicado emitido por la universidad. “Para que esto sea lo más efectivo y útil posible, tiene que ser fácil de usar”, afirmó.
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La bacteria Salmonella es una de las fuentes más comunes de enfermedades transmitidas por los alimentos. Sólo en Estados Unidos se estima que causan alrededor de 1,35 millones de infecciones, 26.500 hospitalizaciones y 420 muertes al año.