Una investigación publicada en el New England Journal of Medicine sugiere que los gatos podrían ser "huéspedes intermedios silenciosos" del COVID-19, ya que pueden mostrar síntomas que sus humanos podrían no ser capaces de reconocer.
La investigación analizó la "transmisión aérea limitada" del virus entre gatos con y sin COVID-19 que vivían en la misma casa.
Tres gatos no infectados fueron inoculados con el virus y comparados con tres gatos sin el virus para monitorear si la enfermedad se podía transmitir a los gatos sanos a través de transmisión directa. Los investigadores tomaron muestras nasales y rectales de los animales para analizar el virus.
La investigación demostró que en tres días, el virus fue detectado en todos los gatos que fueron inoculados, y que en ocho días, todos los gatos sanos también dieron positivo para el nuevo coronavirus. Según el reporte, en los gatos que lo contrajeron el virus se mantuvo entre cuatro a cinco días.
Para sorpresa de los científicos, ninguno de los seis gatos que participaron del estudio mostró ningún síntoma, como cambios en la temperatura corporal, pérdida de peso o enfermedades oculares.
"Hay una necesidad de salud pública de reconocer y seguir investigando la potencial cadena de transmisión humano-gato-humano", dijeron los investigadores en su informe.
La investigación llevada a cabo el mes pasado sugirió que los gatos pueden ser más suceptibles a la infección del nuevo coronavirus y que podrían ser capaces de transmitirlo a otros gatos. Aún así los expertos dicen que probablemente la mayoría de las mascotas no están en riesgo, y que no hay evidencia de que el virus pueda ser transmitido de las mascotas a sus amos.
Sin embargo, hay cierta evidencia que indica que el coronavirus de Wuhan puede ser transmitido de los humanos a los felinos.
El mes pasado, el zoológico del Bronx, en Nueva York, anunció que cinco de sus tigres y tres leones africanos dieron positivo para COVID-19, luego de ser infectados por un empleado que era asintomático, o que aún no desarrollaba síntomas.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, y el Departamento de Agricultura de ese país anunciaron en una declaración conjunta el mes pasado que los primeros casos del virus en mascotas se habían detectado en dos gatos que vivían en distintas casas.
Sorprendentemente, ninguno de los humanos que vivían en la casa con los gatos dió positivo para COVID-19.
"El virus podría haber sido transmitido al gato por un miembro de la familia con un cuadro leve o asintomático de la enfermedad, o a través del contacto con una persona infectada fuera de su casa", indicaba la publicación.
El dueño del segundo gato dio positivo para el nuevo coronavirus antes de que la mascota mostrara signos de enfermedad.