AFP
El huracán Lane se debilitó a categoría 3 a media tarde del jueves, pero las autoridades no bajan la guardia, previendo que Hawái será severamente golpeada.
Las primeras lluvias torrenciales ya causaron deslizamientos que bloquearon calles en Isla Grande, donde se registraron más de 300 mm de lluvia.
Lane avanza lentamente, a 11 km/h, pero amenaza con vientos de hasta 215 km/h, copiosas precipitaciones y olas peligrosas.
Se espera que Lane golpee muy cerca de las principales islas de Hawái en la noche de este jueves y el viernes.
Su curso es errático y cambiante, pero "lo que es seguro es que Hawái será impactado por el huracán Lane", dijo el jefe de la Agencia Federal de Emergencia (FEMA), Brock Long, en una rueda de prensa en Washington.
"Nos preocupa en extremo la posibilidad de inundaciones tierra adentro, derrumbes y daños a la infraestructura de comunicaciones y transporte", señaló Long.
Las autoridades pronostican hasta 760 mm de lluvia en las áreas más golpeadas en los próximos días.
Los equipos de emergencia instalaron 16 centros de evacuación, a los que se sumarán otros 19 que abrirán en las próximas horas.
"Están en nuestros pensamientos", tuitéo Trump.
Los huracanes rara vez tocan tierra en Hawái, donde la última gran tormenta en azotar el estado se registró hace casi tres décadas, cuando el huracán Iniki llegó a la isla de Kauai, dejando seis personas muertas y causando daños por miles de millones de dólares.
"Olas masivas y destructivas"
El gobernador del estado, David Ige, ya había declarado el martes la emergencia con el fin de contrarrestar el daño que pueda causar el huracán. También ordenó el cierre de las escuelas públicas.
"El huracán Lane no es un huracán de buen comportamiento", advirtió en un comunicado. "No había visto cambios tan dramáticos en un pronóstico como lo he visto con esta tormenta".
Residentes protegieron sus ventanas con tablones de madera y abarrotaron mercados en Ocean View y otras ciudades para comprar agua, comida e insumos de emergencia a medida que Lane se acercaba.
Largas filas se reportaron también en algunas estaciones de combustible para abastecer los autos y llenar bombonas de gas para cocinar, como una en Haleiwa en la costa norte de Oahu.
"Los últimos días han sido así, ha estado bien movidos", dijo a la AFP un empleado de esa estación. "Todo el mundo está en estado de pánico en este momento, echando nafta, llenando bidones de gasolina y bombonas de propano".
Otros decidieron aprovechar las horas previas a la llegada de Lane para surfear, constató un fotógrafo de la AFP en Waikiki.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) pronosticó que el nivel del mar aumentará entre 60 y 120 cm por encima de lo normal, generando "olas masivas y destructivas".
United Airlines canceló todos los vuelos del viernes desde el aeropuerto internacional de Kahului, el segundo mayor de la isla. Otras rutas internas también se cancelaron.
Las autoridades de Honolulú tienen previsto activar el sistema de sirenas para alertar a la población de los riesgos de inundación.
Se dispuso además de un servicio gratuito de transporte a los refugios habilitados en la isla de Oahu, donde está la capital. El sitio de noticias locales 24/7 indicó que 350 personas habían llegado hacia el mediodía.
La Guardia Costera dijo que tiene 57.000 efectivos militares en Hawái listos para misiones de búsqueda y rescate, y apoyar en logística y atención médica.
Las autoridades han prestado especial atención a la protección del sistema eléctrico, tras la experiencia en Puerto Rico en 2017 con el huracán María, que dejó 4.200 fallecidos, según un estudio independiente.
La falta de luz para atender a los heridos y el bloqueo de carreteras para recibir apoyo médico influyeron en el saldo trágico, que según el gobierno de Puerto Rico fue de unos 1.400.