La historia del hombre que protagoniza el siguiente video está dando vuelta al mundo. Otis Johnson fue a la cárcel a la edad de 25 años y cuando salió, a los 69, se reincorporó a un mundo que le era totalmente diferente.
Pantallas gigantes en las calles, transmisiones vía streaming, redes sociales como Facebook y Twitter o algo tan cotiadiano para la mayoría como el envío de un mensaje de texto eran "adelantos" a los que Otis Johnson no estaba acostumbrado. Hasta ahora.
Condenado a prisión por el intento de asesinato de un oficial de policía, el hombre pasó los últimos 44 años de su vida privado de libertad.
La cadena de televisión Al Jazeera se interesó en su historia y lo acompañó, grabando sus impresiones y su real "incredulidad" ante lo que estaba presenciando mientras caminaba alrededor de Manhattan, Estados Unidos.
En el registro, Otis Johnson describe lo "incomprensible" que le parece ver a todo el mundo caminando por la calle hablando solo y con la mirada perdida, como "agentes de la CIA". Es decir, hablando por celular con manos libres.
Incluso, acciones aparentemente simples como transportarse en metro requieren para Johnson aprender un nuevo conjunto habilidades y enfrentar la extraña tecnología moderna.
También hacer una llamada por un teléfono público. Otis sólo pagaba 25 centavos por comunicarse con su familia y amigos cuando era joven, ahora le cuesta un dólar.
Mucho se habla en los medios de comunicación sobre la importancia de la "reinserción social" pero, ¿a qué nos referimos exactamente con este concepto?
De acuerdo al Ministerio de Justicia de Chile, la reinserción social es un proceso sistemático de acciones que se inician desde el ingreso de una persona a la cárcel, durante el período de cumplimiento de la condena y prosigue cuando la persona retorna a su vida en libertad.
Esta etapa, que incluye nivelación educacional, intervención psicosocial, capacitación e inserción laboral, además de actividades deportivas y culturales, busca incidir efectivamente en los factores individuales y sociales que mediaron para que una persona se haya involucrado en actividades delictuales.
Sobre el futuro de Otis Johnson aún no hay nada claro, lo único cierto es que ya no tiene contacto con su famila y sólo tiene recuerdos vagos de sus dos sobrinas.