La Justicia holandesa rechazó procesar al ultraderechista Geert Wilders por sus declaraciones antiislamistas en un discurso en Viena, a pesar de una petición oficial de Austria para llevar al político ante los tribunales por incitación al odio.
"Solo si una declaración se centra en un grupo que se caracteriza por una creencia, puede ser castigada", afirmó la Fiscalía holandesa en un comunicado, aunque estudió cada palabra del discurso que Wilders dio en marzo de 2015.
Insultar a una comunidad religiosa o una religión no es un delito penado por la ley en los Países Bajos, a diferencia de lo que ocurre en Austria.
En su discurso, Wilders insultó al islam "como religión, y no a las personas musulmanas", explicó la Fiscalía para justificar que las palabras del político no son punibles bajo la ley holandesa. Wilders, líder del segundo partido más grande de Holanda, el PVV, afirmó en su discurso que el islam es "una ideología de la guerra y el odio" y que "llama a la gente a ser terrorista".
En Holanda, las declaraciones del ultraderechista "se consideran crítica religiosa y no un insulto a un grupo de la población".
Una organización islámica denunció ese discurso a la policía austríaca, lo que llevó a la apertura de una investigación en ese país, aunque una portavoz informó de que preferían "transferir" esa denuncia a Holanda.
El presidente de la Iniciativa Islámica Austríaca, Tarafa Baghajati, presentó una queja oficial sobre el discurso y explicó que Wilders "dio la impresión de que todos los musulmanes están aquí para hacer la guerra contra los europeos".
El pasado año, Wilders fue declarado culpable de incitar a la discriminación racial e insultar a una comunidad, con su manifiesto que pedía "menos, menos marroquíes" en Holanda. No recibió ninguna pena por ello, pues fue una sentencia simbólica en la que se le llamó la atención por sus declaraciones, aunque él recurrió la condena.