Un joven ucraniano de 16 años buscó y llamó por teléfono al soldado ruso que mató a su padre y que también le disparó a él en medio del acto de guerra denominado “la masacre de Bucha”.
El diario italiano La Repubblica accedió a la conversación y compartió fragmentos de ésta. “Hola maldito, ¿te acuerdas de mí? Soy Yura, estuve en Bucha frente al ayuntamiento hace un año. Tú estabas ahí. Mataste a mi padre delante de mis ojos. Entonces me disparaste. Pero estoy vivo y tú y los animales como tú irán a la cárcel”, habrían sido las palabras del joven.
“Eres víctima de un sistema”, respondió el soldado. Sin embargo, no se quedó ahí y amenazó de muerte al menor, asegurando que regresaría a Kiev “para terminar el trabajo que dejó a medio terminar”.
Casi un año después de la masacre en Bucha, por extrañas circunstancias el adolescente logró encontrar el número de teléfono del hombre que mató a su padre en esa ciudad.
De acuerdo con la publicación de La Repubblica, el joven relató cómo ocurrieron los hechos que lo llevaron a armarse de valor para enviarle a través de Telegram un mensaje de voz de 30 segundos al soldado.
Todo comenzó la mañana del 17 de marzo de 2022, durante la ocupación del Ejército de Rusia en la ciudad de Bucha.
“Mi padre y yo fuimos en bicicleta al ayuntamiento a buscar comida y agua, porque allí había ayuda humanitaria. Allí se nos acercó un soldado ruso y nos ordenó que nos detuviéramos. Nos bajamos de la bicicleta, levantamos las manos y nos preguntó dónde íbamos”, relató el joven.
“Le estábamos respondiendo cuando escuché dos disparos de escopeta y vi caer a mi padre. Luego hubo un tercer disparo, esta vez hacia mí. Sentí que me ardía el brazo izquierdo y me caí”, continuó.
Luego recordó que “cuando estaba en el suelo le pregunté al soldado si podía ir con mi padre y me disparó de nuevo pero ahora en el brazo. Una piedra de asfalto se me metió en la nariz”.
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Pero su relato no terminó ahí. “El último disparo, el séptimo, todavía estaba en el cuerpo de mi padre. Giré la cabeza y vi el hilo rojo de su sangre fluir hacia mí”, detalló.
“Yo estaba a medio metro de distancia y su sangre mojaba mi mano”, continuó el joven ucraniano, dándose cuenta después de lo cerca que estuvo de morir. “Cuando se alejó, me levanté y corrí. En casa me quité la ropa y me di cuenta de que tenía un agujero de bala en la capucha, me rozó la frente dos centímetros”, afirmó.
Aleksej, el soldado al que este joven enfrentó, es un oficial del Ejército ruso que participó en el asedio de Kiev después de la invasión, además de ser uno de los protagonistas de la masacre.