Brasil sigue siendo sacudido por los casos de corrupción. El más sonado fue el del sector de la construcción con el caso Petrobras. Pero ahora la llamada Operación Zelotes amenaza al sector automotriz, uno de los más grandes del país, y salpica al hijo del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Luis Claudio.
La policía investiga desde 2014 a empresas que supuestamente sobornaban a inspectores de Hacienda para liberarse de multas en una maniobra que podría haber evadido 4.832 millones de dólares de las arcas fiscales.
Que el nombre del líder del Partido de los Trabajadores (PT) esté involucrado en la Operación Zelotes, enfurece aún más a los brasileños contra el gobierno de Dilma Rousseff, también del PT, que se ha visto envuelto en otras denuncias de corrupción.
La Operación Zelotes se inició con una denuncia anónima a la policía federal, que señalaba que varias empresas corrompían funcionarios públicos para intervenir en las decisiones del Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF), un equivalente del tribunal del Ministerio de Hacienda para multar al sector privado por la irregularidad en el pago de impuestos.
Supuestamente fue la empresa Marcondes y Mautoni (dos de cuyos ejecutivos fueron detenidos el lunes) la que habría hecho negocios con el hijo de Lula.
Ahora Luis Claudio da Silva tendrá que aclarar esa conexión ante la policía. El lunes pasado la oficina del hijo del ex mandatario fue registrada en búsqueda de documentos.