La tregua entre Israel y Hamás entra el lunes a su último día con negociaciones en marcha para prolongar este acuerdo que permitió la liberación de rehenes y prisioneros y la entrada de ayuda de emergencia a la Franja de Gaza.
El movimiento islamista palestino afirmó en un comunicado que busca "prolongar la tregua más allá de estos cuatro días" con el objetivo de "aumentar el número de prisioneros liberados" como estaba previsto en el acuerdo.
Una fuente cercana a Hamás dijo a la AFP que la organización ha "informado a los mediadores" que son partidarios de una extensión de "dos a cuatro días".
El acuerdo, negociado por Catar con el apoyo de Estados Unidos y Egipto y efectivo desde la madrugada del viernes, prevé cuatro días de tregua, el acceso ayuda humanitaria a Gaza, la liberación de 50 rehenes de los más de 200 retenidos en Gaza y la excarcelación de 150 presos palestinos en prisiones israelíes.
Desde el viernes, 39 rehenes y 117 presos palestinos fueron liberados en virtud de este acuerdo.
Otros 24 rehenes, mayoritariamente tailandeses que trabajaban en Israel, fueron liberados al margen del acuerdo.
Una cláusula del acuerdo permite ampliarlo para liberar a diario una decena de rehenes a manos de Hamás a cambio de una treintena de presos palestinos en Israel.
"200 camiones diarios"
La tregua ofreció un respiro a los gazatíes, pero la situación humanitaria sigue siendo "peligrosa" y las necesidades "sin precedentes", estimó la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
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La ONU indicó que 248 camiones de ayuda entraron desde el viernes en la Franja de Gaza, donde Israel aplica desde el 9 de octubre un "asedio total" sin suministro de agua, comida, electricidad o medicinas.
"Deberíamos enviar 200 camiones diarios durante al menos dos meses para responder a las necesidades", dijo a la AFP Adnan Abu Hasna, portavoz de UNRWA, que afirmó que en ciertos sectores no había "ni agua potable, ni comida".
"Hablan de suministrar ayuda y carburante, pero llevo en la gasolinera desde hace nueve horas y todavía está cerrada", dijo el domingo Bilal Diab, un palestino interrogado por la AFP en Jan Yunis (sur).
El ejército israelí, que considera el tercio norte de la Franja como una zona de guerra, ordenó a la población evacuar esa área y prohibió el regreso de los civiles durante la tregua.
Pese a ello, miles de habitantes de Gaza aprovecharon el cese de la violencia para intentar volver a sus casas en el norte.
En la ciudad de Gaza, transformada en un campo de ruinas, los habitantes caminaban entre montañas de escombros, por calles rodeadas de inmuebles devastados, según imágenes de la AFP.
Más de la mitad de las viviendas del territorio resultaron dañadas o destruidas por la guerra, que provocó el desplazamiento de 1,7 de los 2,4 millones de habitantes, señaló la ONU.
Los hospitales del sur de la Franja continúan recibiendo numerosos heridos evacuados del norte, donde casi todos los centros sanitario están inoperativos.