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Hallan el cuerpo de un hombre y una bebé bajo los escombros tras aluvión en los Andes peruanos

Hallan el cuerpo de un hombre y una bebé bajo los escombros tras aluvión en los Andes peruanos
AFP
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"Lo más probable es que haya tratado de proteger a la niña, y el derrumbe los ha enterrado a los dos", dijo el vocero del cuerpo policial de rescate, José Rivas.

Rescatistas hallaron este miércoles los cuerpos de un hombre y una bebé de un mes, dos de los ocho desaparecidos en el alud que arrasó varias casas de un pueblo andino en el norte de Perú, informaron las autoridades.

"Hemos podido recuperar el cuerpo de una persona adulta, que es un varón, y una niña de un mes de nacida", dijo a la prensa el portavoz del cuerpo policial de rescate, José Rivas.

"Lo más probable es que haya tratado de proteger a la niña, y el derrumbe los ha enterrado a los dos", agregó. 

Se trata de las dos primeras víctimas mortales del desastre. Los cuerpos recuperados se hallaban entre los escombros de un mercado.

Las autoridades habían informado el martes de 15 desaparecidos, una cifra que se redujo casi a la mitad tras un nuevo balance.

"Tenemos ocho personas desaparecidas, entre ellas tres niños", declaró antes del hallazgo de los cuerpos el ministro de Defensa, José Gavidia, desde Retamas, la localidad afectada, donde viven unas 5.000 personas.

Otra de las noticias internacional que sigue en la agenda pública es la guerra entre Ucrania y Rusia.

"Estamos organizando a las brigadas de la policía, bomberos y mineros para poder ingresar", agregó el ministro, quien se trasladó al lugar para dirigir el rescate.

Gavidia también precisó que las casas sepultadas por el derrumbe fueron "aproximadamente siete", muy por debajo de las 60 que había reportado el martes el gobernador de la región La Libertad, Manuel Llempén. 

No se ofreció ninguna explicación sobre el abrupto cambio de cifra.

El deslizamiento de tierra ocurrió el martes en Retamas, un remoto poblado situado a 2.800 metros de altitud en esa región, unos 500 km al norte de Lima, al desprenderse la cima de un cerro sobre las viviendas por las fuertes lluvias que cayeron en la zona en los últimos días.

Habitada por familias de mineros, la localidad está a 16 horas por carretera de la ciudad de Trujillo, la cabecera regional situada en la costa.

"Pude salir a tiempo, mi casa fue sepultada. El derrumbe nos dejó sin nada", contó a una radio local Ledy Leiva, quien escapó con otros cinco integrantes de su familia.

Otra de las noticias internacional que sigue en la agenda pública es la guerra entre Ucrania y Rusia.

- "Mapa de riesgos" -

Las tareas de búsqueda se prolongaron toda la noche, con una pausa de un par de horas, y se reanudaron al amanecer del miércoles, con participación de policías y bomberos enviados de otras localidades.

No es la primera vez que Retamas protagoniza una tragedia así. En 2009, un alud que sepultó varias viviendas dejó al menos 13 muertos, entre ellas un niño.

El presidente peruano, Pedro Castillo, llegó por la mañana al pueblo para supervisar las labores de rescate y la ayuda a los damnificados.

"Nos interesa en estos momentos ir a rescatar a esas personas que el día de hoy han perdido la vida", dijo Castillo.

Castillo lamentó que en Perú la gente pobre construya sus precarias casas en lugares inseguros.

"En el Perú nos falta un mapa de riesgos, hay gente que se atreve hacer un techo [casa] sobre un río, hay gente que se atreve a perforar un cerro para hacer sus viviendas", agregó. 

El arzobispo de Trujillo, Miguel Cabrejos, lamentó la "la pérdida de vidas humanas" por el alud.

"Ya se había determinado este lugar como zona de alto riesgo", advirtió Miguel Yamazaki, director de Preparación de la Defensa Civil.

Los aludes ocurren con regularidad durante las lluvias estacionales en la región andina de Perú y en muchas regiones de Suramérica, donde es común que se levanten áreas residenciales en zonas de riesgo, como laderas de cerros.

El 15 de febrero, deslaves a causa de las torrenciales lluvias arrasaron algunos sectores de la ciudad brasileña de Petrópolis, al norte de la ciudad de Rio de Janeiro, una tragedia que se saldó con 217 muertos, entre ellos 42 menores, y 33 desaparecidos.