Aplaudida y vitoreada por unas 200 personas, la joven activista por el clima Greta Thunberg que llegó este miércoles a Nueva York tras cruzar el Atlántico en un velero, llamó a poner fin a la "guerra contra la naturaleza" y sugirió a Donald Trump que escuche a la ciencia.
La adolescente pisó tierra firme en un día gris y lluvioso poco después de las 16H00 (20H00 GMT) en un muelle de Manhattan, luego de 15 días de travesía.
"Mi mensaje para él es que simplemente escuche a la ciencia, obviamente él no lo hace", dijo Thunberg, de 16 años, en una conferencia de prensa, al ser consultada sobre qué le diría al mandatario estadounidense que niega el calentamiento climático.
Thunberg dijo que no cree que pueda convencer a Trump de la urgente necesidad de acción si otros no lo han logrado, y explicó que por eso se concentra en crear la mayor conciencia posible en otras personas.
"Necesitamos tomar acciones, si no será demasiado tarde. No esperemos más, hagámoslo ahora", urgió.
La joven, que participará en una conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima en septiembre, no quiso hacer el viaje en avión para no generar emisiones de carbono, y el velero "Malitzia II" le ofreció llevarla.
La adolescente contó que no tuvo un solo mareo en el viaje desde Plymouth, en el suroeste de Inglaterra, aunque sus piernas aún tiemblan en tierra firme.
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Basta "de destruir la naturaleza"
La joven que se convirtió en ícono de la lucha contra el cambio climático tras idear hace un año huelgas estudiantiles cada viernes para llamar a los gobernantes y políticos a la acción también habló de los devastadores incendios en la Amazonía, en su mayor parte provocados por agricultores para expandir el área de cultivos y pastoreo de ganado.
Los incendios en la mayor selva tropical del mundo "son devastadores y tan horribles que es difícil de imaginar. Son una clara señal de que necesitamos parar de destruir la naturaleza y de que nuestra guerra contra la naturaleza debe terminar", dijo.
La ONU le dio la bienvenida a Nueva York con una flotilla de 17 veleros, uno por cada meta de desarrollo sostenible.
Thunberg viajó a Nueva York en el "Malizia II", pilotado por Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina de Mónaco, y por el experimentado navegante alemán Boris Herrmann, que ha dado la vuelta al mundo en barco.
La embarcación, de 18 metros de eslora, cuenta con paneles solares en su cubierta y paredes, y dos hidrogeneradores le suministran la energía necesaria.
El velero dejó Plymouth el 14 de agosto y pocos días después, el 20, se cumplió un año de la primera huelga escolar convocada por la adolescente.
Thunberg comenzó a protestar frente al Parlamento sueco en agosto de 2018 para intentar convencer a los políticos electos de tomar acciones contra el calentamiento.
Muy activa en las redes sociales, su protesta tuvo una gran cobertura de prensa y rápidamente fue imitada por otros estudiantes de varios países del mundo. Así nació el movimiento "Viernes por el futuro".
Thunberg anunció que este próximo viernes participará en su primera huelga escolar frente a la sede de la ONU en Nueva York, donde estudiantes protestan cada viernes desde hace seis meses (aunque el año escolar aún no ha empezado).
La inquietud de Thunberg por el futuro del planeta comenzó hacia sus ocho años, y le provocó una depresión. Más tarde fue diagnosticada con síndrome de Asperger, síndrome obsesivo compulsivo y mutismo selectivo.
En un año, Thunberg fue nominada para el Nobel de la Paz, habló ante la conferencia sobre el clima de la ONU en Polonia y se reunió con el papa Francisco.
Polémica
Sin embargo, el viaje de Thunberg ha desatado una polémica luego de que un portavoz de Herrmann dijo al diario berlinés TAZ que muchas personas volarían a Nueva York para ayudar a llevar el barco de regreso a Europa.
El propio Herrmann retornará en avión, según su portavoz.
El encargado de la tripulación del "Malizia II" insistió no obstante en que el viaje de la joven activista tendrá cero impacto en el clima, ya que las emisiones de los vuelos "serán compensadas".
Thunberg, que se ha tomado un año sabático para concentrarse en su militancia por el clima, ha indicado que aún no sabe cómo regresará a Europa.
Tiene planes de viajar a Canadá y México antes de visitar Chile para asistir a la cumbre mundial sobre cambio climático (COP25) en diciembre.