El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, pidió el lunes a todos los italianos "evitar los desplazamientos" en el territorio, prohibió las reuniones públicas y dispuso que los centros educativos permanezcan cerrados hasta el 3 de abril, para frenar la epidemia del nuevo coronavirus.
"Voy a firmar un decreto que se puede resumir así: 'Me quedo en casa'. (...) Toda Italia se convertirá en una zona protegida", afirmó Conte en un tono dramático, en una rueda de prensa en la sede del Gobierno en Roma.
"Habrá que evitar (los desplazamientos) en todo el territorio de la península, a menos que estén motivados por motivos profesionales justificados, por razones de necesidad o incluso por motivos de salud", explicó.
Las medidas no prevén "limitar el transporte público, a fin de garantizar la continuidad" de la actividad económica "y permitir a las personas ir a trabajar", precisó el primer ministro.
A esto "añadimos también la prohibición de las reuniones exteriores y en los locales abiertos al público", manifestó.
El cierre de las escuelas y universidades, inicialmente previsto hasta el 15 de marzo, estará vigente hasta el 3 de abril, agregó.
El gobierno italiano ordenó también la suspensión del campeonato de fútbol. "Lo siento, pero los 'tifosi' tienen que aceptarlo", declaró Conte, sin precisar si la medida afecta a los partidos de competiciones europeas.
Italia es el segundo país más afectado por la epidemia COVID-19 después de China -donde surgió el nuevo coronavirus en diciembre-, con más de 9.000 casos, de ellos 463 muertos, según el último balance de este lunes.
"No hay tiempo que perder. Las cifras nos dicen que tenemos un aumento significativo de los casos de contagio, de personas hospitalizadas en cuidados intensivos y, desgraciadamente, también de personas fallecidas. Debemos cambiar nuestros hábitos. Tienen que cambiar ahora", advirtió.
Por ello, "he decidido adoptar de inmediato medidas aún más severas, más fuertes", agregó el primer ministro.
Estas nuevas medidas draconianas están inscritas en un decreto que entrará en vigor el martes en toda Italia, de 60 millones de habitantes.
Las medidas amplían una zona de cuarentena (de unos 15 millones de personas) que Italia había impuesto el domingo para regiones del norte, incluida su capital económica Milán y la turística Venecia.