Al llegar hace dos años a la presidencia de Liberia, el ícono del fútbol africano George Weah suscitó inmensas esperanzas, hoy frustradas en un país devastado por años de guerras civiles y el virus del Ébola, además de una endémica pobreza.
Liberia, pequeña república de África occidental, sigue padeciendo males económicos y una desbocada inflación, que alientan un creciente despecho hacia Weah.
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La exestrella de fútbol del AC Milán y del Paris Saint-Germain (PSG) accedió a la presidencia el 22 de enero de 2018 prometiendo crear empleos e invertir en educación. Muchos liberianos creían en este antiguo niño de barrios pobres convertido en estrella internacional del fútbol, antes de acceder a la jefatura del Estado.
Durante estos dos años, Weah ha empezado a construir carreteras y suprimió los gastos para los primeros años en la universidad, pero su manejo de la economía ha sido seriamente criticado.
Una inflación del 30% anual erosiona el poder adquisitivo. Los funcionarios no son pagados de forma regular. Hay una crisis de liquidez, que impide a titulares de cuentas bancarias disponer de su dinero.
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Herencia
Cerca de la mitad de los 4,8 millones de liberianos vive con menos de 1,90 dólares (alrededor de 1500 pesos chilenos) por día, según datos del Banco Mundial.
Queda "mucho por hacer" admitió Weah en su mensaje anual a finales de 2019, pero --añadió-- "tengo confianza en que 2020 será el año de la recuperación económica".
Único Balón de oro africano, en 1995, George Weah asumió el cargo de presidente en un país que difícilmente se recupera de guerras civiles que causaron 250.000 muertos de 1989 a 2003. Más de 4.800 liberianos murieron entre 2014 y 2016 por la fiebre del Ébola.
Por un "efecto perverso", tras la epidemia del Ébola, el país perdió una importante fuente de ingresos con el fin de la ayuda exterior, lo que alentó la inflación, explica el representante local del FMI, Geoffrey Oestreicher.
Éste reconoce los esfuerzos del gobierno, pero "son los pobres los que sufren".
La ONU era el segundo creador de empleo en Liberia y, con la partida de los humanitarios, fue necesario "sacar dinero de donde fuera para llevar a cabo acciones que no estaban presupuestadas, que la comunidad internacional no había hecho, y ello supuso una enorme carga financiera", explica el portavoz del presidente Weah, Solo Kelgbeh.
Pero los interrogantes se acumulan. ¿Está hecho el que fuera magnífico futbolista para dirigir su país?
Manifestaciones contra Weah
Por tercera vez en menos de un año, un colectivo integrado por asociaciones de la sociedad civil, el Consejo de los Patriotas, convocó a los liberianos a manifestarse en las calles el 6 de enero por una mejores condiciones de vida.
La policía dispersó a los manifestantes por la fuerza y las autoridades hicieron cerrar la radio de una de las figuras del colectivo, el animador Henry Costa, virulento detractor de Weah. Costa, preocupado por la validez de sus documentos de viaje, decidió abandonar esta semana el país.
Además la presidencia de Weah ha debido afrontar un oscuro caso de presunta corrupción en el Banco central y ha decepcionado a las víctimas de las guerras civiles al frenar la creación de un tribunal para los crímenes de guerra.
"Mi madre fue violada frente a mí y el agresor está libre" se lamenta Martha Selewon, de 40 años.
Sin embargo, el exdelantero conserva algunos apoyos entre los pobres.
Makagbeh Kanneh, de 35 años, admite que el precio de su comida diaria se ha duplicado. Pero "creo que debemos darle una oportunidad al presidente", asegura.
"Igual que cuando era jugador, marcará el gol de la clasificación en el último minuto", confía James Forkpah, miembro del partido del presidente.