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Tras la histórica llegada de la sonda Chang'e-4 al "lado oscuro de la Luna" el pasado 3 de enero, China dio a conocer las diferentes metas para este hito científico enfocado en el descubrimiento del ecosistema de este cuerpo celeste en el espacio exterior.
Fue así como se propuso establecer un día una base internacional en la Luna, quizás utilizando la tecnología de impresión en 3D para construir las instalaciones.
Sin embargo, y con el fin de dar vida a la biósfera "Made in Chongqing" transportada por la sonda, ya consiguieron germinar por primera vez una semilla en la Luna.
La Universidad de Chongqing envió una carga de semillas de algodón, colza, papas y arabidopsis, además de huevos de mosca de la fruta y algunas levaduras, sumado a un cilindro especializado para ayudar a la germinación.
Pero hasta ahora, solo ha sido la semilla de algodón la que ha logrado su cometido en condiciones adversas con temperaturas extremas de hasta 100°C en el día y -100° durante las noches, sumado a la gravedad y extrema radiación solar.
Después de Chang'e-4, están planificadas otras cuatro misiones lunares, explicó la agencia espacial china CNSA, confirmando el lanzamiento del módulo de exploración Chang'e-5 antes de fin de año para recopilar muestras y traerlas a la Tierra.
La última de estas misiones estará destinada a probar equipos con la vista puesta en una base internacional de investigación lunar, dijo en una conferencia de prensa Wu Yanhua, jefe adjunto del Programa de Exploración Lunar de China.
"China, Estados Unidos, Rusia y Europa debaten sobre la construcción de una base o de una estación de investigación en la Luna", observó Wu.
Inicialmente estaba previsto que el módulo Chang'e-5 recopilara muestras en el segundo semestre de 2017. Pero su lanzamiento se retasó por el fracaso en julio de ese mismo año de una misión destinada a poner en órbita un satélite de comunicaciones, poco después del cohete Larga Marcha 5 Y2, que también debía ser su lanzadera.
Tras la misión Chang'e-5, China lanzará Chang'e-6 para recopilar muestras del polo sur de la Luna y traerlas a la Tierra, según Wu.
"Decidiremos si lo hará en la cara oculta de la Luna o en la cara más cercana a la Tierra, en función de lo que haya recogido Chang'e-5", explicó.
Después será el turno de Chang'e-7, que llevará a cabo "una exploración completa del polo sur de la Luna", incluyendo su topografía, su composición y su entorno espacial.
Más tarde, la misión Chang'e-8 llevará a cabo ensayos tecnológicos y "una exploración previa para que varios países construyan juntos una base de investigación lunar en el futuro", según Wu.