El aventurero francés Jean-Jacques Savin llegó la madrugada del jueves a la isla caribeña de Martinica, el destino final de un periplo de más de cuatro meses en el Atlántico a bordo de una pequeña embarcación en forma de barril impulsada únicamente por las corrientes marinas.
"Fue un viaje apasionante pero también bastante arriesgado", dijo este exmilitar de 72 años tras abrazar a su pareja, Josyane, quien lo esperaba en el puerto en Fort-de-France.
Savin dejó su barril el viernes pasado tras 127 días y 5.800 kilómetros en el mar y embarcó en un petrolero que lo llevó a la isla holandesa de San Eustaquio, en el Caribe.
Después de un breve descanso en San Eustaquio, el aventurero y su barril fueron trasladados a Martinica por un remolcador francés.
En el puerto de Martinica fue también recibido por su uno de sus amigos, Pierre Galzot. "Es el Jean-Jacques Savin que conozco desde hace 40 años. Un hombre extremadamente resistente, que estaba muy, muy bien entrenado. Francamente, no está demasiado delgado", aseguró Galzot, médico de profesión, que "sin embargo recomendó" a su amigo que fuera al hospital para un "chequeo completo".
Durante su viaje, el aventurero perdió 4 kilos, uno por mes. A bordo de su cápsula de 3 metros de eslora, con una manga de 2,10 metros, tuvo que manejarse en un espacio de vida de 6m2.
Este exparacaidista militar partió el 26 de diciembre de la isla española de El Hierro en las Canarias para cruzar el Atlántico con la única fuerza de las corrientes.
Admirador del navegante Alain Bombard, que cruzó el Atlántico solo en 1952 en un bote neumático, dijo que cumplió con su apuesta de cruzar el océano después de entrar en el Mar Caribe el 27 de abril pasado.