Cuando las rafagas de tiros se sucedían al interior del club Pulse en la madrugada del domingo 12 en Orlando, unos agujeros hechos por la Policía en las paredes fueron la diferencia entre la vida y la muerte para docenas de asistentes.
Con la luz del día y las indagaciones en curso, varias fotografías muestran la dimensión de estos hoyos que se transformaron en espontáneas vías de evacuación para quienes permanecían rehenes de los balazos de Omar Mateen.
Tal como consigna Univisión Noticias, estas perforaciones fueron realizadas por la propia policía e incluso fueron utilizada por el mismo atacante cuando intentó negociar con las fuerzas de seguridad.
Cabe añadir, que algunos los asistentes que no pudieron salir por las puertas cuando comenzó la masacre, lograron refugiarse en los baños. Sin embargo, ello no fue suficiente protección ya que algunos de ellos también fueron alcanzados por los balazos como el caso de Eddie Justice, quien narró a su madre, por mensajes de texto, lo que estaba sucediendo, justo antes de morir.