El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabeza este domingo un cortejo de miles de motociclistas que se manifiestan en las calles de Rio de Janeiro en apoyo a su gobierno, ocasionando aglomeraciones en plena pandemia.
Acompañado de numerosos agentes de seguridad, el desfile motorizado -retransmitido en directo por la cuenta de Facebook del presidente- era acompañado por numerosos manifestantes que saludaban a lo largo del recorrido, agitando banderas de Brasil.
Tras una media hora de trayecto, las motos se pararon unos minutos y Bolsonaro, con su casco pero sin mascarilla, se puso delante de su vehículo a saludar a la multitud.
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Lo gritos de "¡Mito!" (sobrenombre del presidente entre sus seguidores) se dejaban oír entre el rugido de los motores.
El cortejo partió del Parque Olímpico que acogió los JO de 2016 y durante hora y media recorrió unos 40 km a lo largo de las playas de Rio, principalmente las muy turísticas Ipanema y Copacabana.
El viernes, Bolsonaro fue sancionado por el gobierno de Maranhao por darse un baño de multitudes sin usar mascarilla en una ceremonia de entrega de títulos de propiedad rural, cuando en ese estado el uso de barbijo es obligatorio y está prohibido organizar reuniones de más de 100 personas.
El monto de la multa será fijado después de que el presidente presente su defensa, para lo cual tiene unos 15 días.
A fines de abril, el presidente ultraderechista dijo que esperaba una señal de la gente para poner fin a las restricciones tomadas localmente por alcaldes o gobernadores para intentar frenar la propagación del coronavirus, insinuando que incluso podría desplegar el ejército.
Desde entonces, manifestaciones en favor de Bolsonaro han tenido lugar todos los fines de semana, sin cumplir ningún distanciamiento físico.
Hace una semana, el jefe de Estado llegó a caballo a una manifestación de agricultores en Brasilia.
El mandatario busca volver a movilizar su base de seguidores más extremistas en momentos en que su popularidad está en el punto más bajo desde que llegó al poder en 2019. Los últimos sondeos lo muestran perdiendo frente al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencial de 2022.
Una comisión de investigación parlamentaria en el Senado fue activada hace tres semana para revisar las "omisiones" del gobierno durante la crisis sanitaria y ha recibido abrumadores testimonios en sus primeras audiciones.