Es barato y su efecto es inmediato y poderoso, aunque también letal.
El fentanilo, un opiáceo para tratar el dolor asociado al cáncer, entre otras enfermedades, es una de las drogas que más preocupa actualmente a las autoridades en Estados Unidos, donde se ha disparado el número de muertes por sobredosis asociadas al fármaco.
Es 50 veces más poderoso que la heroína y hasta 100 más que la morfina.
"Las sobredosis relacionadas con el fentanilo están aumentando alarmantemente y representan una amenaza significativa a la seguridad y salud pública", dijo hace un año la Agencia Antidrogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), en un mensaje de alerta.
Según el último Informe de Drogas de la DEA, ha habido 700 muertes relacionadas con el fentanilo en Estados Unidos desde finales de 2013 a finales de 2014, los últimos datos disponibles. La tendencia, según los expertos, se ha mantenido al alza.
La DEA cree, sin embargo, que las muertes son muchas más, ya que el fármaco está detrás de muchas de las sobredosis por heroína, la droga que sigue causando más muertes: más de 8.000 en 2013.
"Epidemia"
El fentanilo está relacionado con la "epidemia" de heroína que según las autoridades estadounidenses sufre el país.
El presidente Barack Obama anunció este martes nuevos fondos para frenar la ola de muertes causadas por el consumo de heroína y de analgésicos opiáceos.
"Creo que el público no se da cuenta realmente del alcance del problema", dijo Obama este martes en una cumbre contra el abuso de drogas y de heroína.
El número de muertes por sobredosis de heroína aumentó en EE.UU. un 244% entre 2007 y 2013.
Los datos locales reflejan el alza de la amenaza del fentanilo en Estados Unidos. El estado de New Hampshire informó de cuatro muertes por fentanilo en dos meses. En Nueva Jersey hubo 80 en sólo seis meses en 2014.
En 15 meses se reportaron 200 fallecimientos en Pennsylvania.
A los números de muertes se unen los de drogas decomisadas. En 2014, las autoridades reportaron 5.217 incautaciones de fentanilo por los 1.004 de 2013.
Del 1 de enero al 30 de septiembre de 2015, los últimos datos suministrados por la DEA, el número se elevó a 8.511.
Estas son algunas preguntas para entender el fenómeno.
¿Qué es el fentanilo?
Es un narcótico usado como analgésico y anestésico. El opiáceo más potente disponible para el uso médico.
Su potencia y sus efectos inmediatos están detrás de la adicción que genera. La heroína, en comparación, suministra una sensación más duradera, pero menos inmediata, por lo que resulta más fácil de tratar por parte de los servicios médicos de urgencias en caso de sobredosis.
Eso hace incluso que a muchos de los fallecidos por sobredosis se los encuentre con la jeringa en el brazo.
El fentanilo se inyecta, pero también se aplica en parches y se toma en pastillas.
El que se produce en los laboratorios clandestinos, a diferencia del farmacéutico, es el que está detrás de más muertes, ya que se mezcla con la heroína.
Incluso se vende como sustituto porque es un polvo blanco muy similar y se parece también a la cocaína.
Pero el fentanilo es mucho más potente. Los usuarios, muchas veces sin saber de qué se trata, lo consumen como heroína, por lo que con la misma cantidad resulta mucho más letal. Además, la mezcla con cocaína y con heroína aumenta aún más sus efectos, según los expertos.
En la calle recibe otros nombres, como "China White".
¿De dónde llega?
La DEA asegura que el fentanilo proviene, sobre todo, de México, donde las autoridades han desmantelado varios laboratorios.
Aunque la amenaza es creciente, el fentanilo no es una droga nueva. Ya entre 2005 y 2007, más de 1.000 muertes fueron atribuidas al fármaco, muchas de ellas en ciudades como Chicago, Detroit y Philadelphia.
Se siguió la pista de las sustancias relacionadas con esos fallecimientos y la DEA llegó a un laboratorio en México. Cuando fue desmantelado, la sustancia casi desapareció del mercado.
Según las autoridades de Estados Unidos, la droga producida en México atraviesa la frontera suroccidental y llega a California y Arizona, desde donde se redistribuye a los principales mercados de la heroína, sobre todo en la costa este.
Cárteles como el de Sinaloa, de acuerdo con lo que se desprende de las investigaciones de la DEA, le agregan a la heroína mexicana dosis de fentanilo o derivados, lo que produce una mayor adicción y más probabilidades de sobredosis.
¿Por qué resurge ahora?
Su uso se enmarca en la llamada "epidemia" del consumo de heroína y de opiáceos en todo el país.
Ya no sólo se trata del fentanilo, sino de sus derivados. El actual brote es mucho más amplio geográficamente y envuelve a una mayor tipología de personas, según las autoridades.
De acuerdo a un intermediario citado por The New York Times, diez gramos de fentanilo cuestan US$400 y se venden al consumidor final por US$750, lo que le permite ganar US$35.000 por semana.
"Es más barato y el efecto es mejor", dijo una consumidora al diario neoyorquino.
"Es lo mejor que he tomado", dijo otro a la revista Macleans de Canadá, donde también el uso de esta droga y sus consecuencias están en ascenso.
Otro dato a tener en cuenta es la adicción a los opiáceos legales.
Según los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), 44 personas mueren en EE.UU. cada día por una sobredosis de analgésicos recetados por médicos. En 2014, se hicieron en el país 200 millones de recetas de derivados del opio.
¿Cómo frenarlo?
"El fentanilo seguirá siendo una amenaza mientras continúe la actual producción clandestina", asegura la DEA en su informe sobre drogas de 2015.
Los expertos creen que la falta de experiencia de los laboratorios clandetinos que se han sumado a la producción de fenatil está detrás de muchas muertes.
Esos laboratorios son los primeros interesados en que su producto no produzca muertes.
Para la DEA, el peligro, insisten, es que los consumidores desconocen que lo están tomando.
"Será consumido sobre todo de forma inconsciente mezclado con heroína y otras drogas", alerta la DEA.