Es la pregunta que muchos adultos temen que les hagan sus hijos: ¿cuándo podré tener un celular? En Reino Unido, madres preocupadas por los efectos del uso de móviles en los niños decidieron pasar a la acción.
Para Daisy Greenwell, madre de tres hijos, todo comenzó después de una conversación casual en la puerta del colegio, cuando otra madre le dijo que su hijo, de 11 años, ya tenía un teléfono inteligente, así como un tercio de sus compañeros.
"Esa conversación me aterró. No quiero darle a mi hijo algo que sé que afectará su salud mental y le hará dependiente", escribió la mujer en Instagram tras la charla.
"Una maestra en Irlanda consiguió que todas las escuelas primarias de su ciudad (Greystones) dijeran no a los smartphones, y todos los padres se inscribieron. El ministro de educación de Irlanda ha sugerido que todas las primarias de todo el país hagan lo mismo.
Ha comenzado un movimiento popular contra las gigantescas corporaciones - Apple, Instagram, TikTok etc - que ahora gobiernan nuestras vidas.
Mi amigo @fernyclare y yo hemos decidido probar un enfoque similar aquí en el Reino Unido. Hemos creado un grupo de WhatsApp, Padres Unidos por una Adolescencia Libre de Smartphone", escribió en la descripción de la publicación de Instagram.
"Pero también sé que la presión para dárselo, si el resto de su clase tiene uno, será enorme", añadió esta periodista.
Su publicación en febrero desencadenó una oleada de reacciones de padres igualmente preocupados por la idea de dar a sus hijos un dispositivo que podría exponerlos al acoso en línea, a la presión social, a los contenidos nocivos y hasta a depredadores.
Junto a su amiga Clare Reynolds, esta madre de familia lanzó una campaña bautizada Parents United for a Smartphone Free Childhood (Padres unidos por una infancia libre de celulares).
Greenwell cuenta a la AFP que su preocupación se disparó un día, tras leer un estudio, según el cual cuanto más pronto se le daba a un niño un móvil, peor sería su salud mental más adelante.
Cada vez son más los estudios que, combinados con las experiencias de los padres, han generado temores sobre los efectos del uso de smartphones en los más pequeños, sobre todo en su salud mental.
"Parece que se trata de un rito de iniciación"
El ministro británico de Educación, Damian Hinds, declaró recientemente ante una comisión parlamentaria que casi todos los alumnos tienen ahora un teléfono móvil hacia los 11 o 12 años.
"Parece que se trata de un rito de iniciación", dijo a los diputados, añadiendo que algunos niños tienen uno "mucho antes".
Después de que lanzará el debate en las redes sociales, Daisy Greenwell creó un grupo de WhatsApp, al que se sumaron padres con ideas afines, aliviados de que otros pensaran lo mismo.
A partir de ahí, hubo como un efecto "bola de nieva", explica.
Ahora existe un grupo en cada región del país y grupos de trabajo de personas con experiencia en el tema.
Entre los participantes hay un director de una empresa tecnológica y un empleado de la oficina del primer ministro Rishi Sunak.
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Preocupación en las familias del Reino Unido por "generación ansiosa"
Estas preocupaciones están plasmadas en el libro del psicólogo estadounidense Jonathan Haidt, que publicó hace poco en Reino Unido "The Anxious Generation" (La generación ansiosa).
En él, Haidt sostiene que hubo una "completa transformación de la infancia" entre 2010 y 2015, con el despegue de los teléfonos inteligentes, lo que provocó una "gran remodelación de la infancia".
Haidt relaciona el auge de las enfermedades mentales entre los jóvenes con la omnipresencia de los celulares, la supervisión continua por parte de los adultos y la pérdida de cierta libertad en el juego.
"Las cosas iban cada vez mejor en materia de salud mental y luego todo empeoró en 2013. (...) Tenemos que eliminar los smartphones de la vida de los niños", afirma el psicólogo.
Él preconiza que se prohíba el uso de móviles antes de los 14 años y de las redes sociales antes de los 16.
Y lo más importante, dice, es que los padres deben actuar juntos para evitar ceder cuando un niño nos dice que es el único de sus compañeros sin móvil.
"Estas cosas son difíciles de hacer solos. Pero si lo hacemos todos juntos, entonces será mucho más fácil para nuestros hijos", estimó