Los familiares de las víctimas de un ataque de dron estadounidense que mató a civiles afganos inocentes "en un trágico error" en agosto en Kabul consideraron este sábado quelas disculpas de Washington son "insuficientes", en declaraciones a la AFP.
"No es suficiente", dijo este sábado a la AFP Farshad Haidari, el sobrino de Ezmarai Ahmadi. "Tienen que venir aquí y disculparse cara a cara".
Farshad Haidari, cuyo hermano Naser y unos primos murieron en el ataque, afirmó que Estados Unidos no contactó con su familia.
"Tienen que venir y compensar", estimó el joven de 22 años, en la casa familiar de Kwaja Burga, el barrio del noroeste de Kabul donde estaba aparcado el automóvil destruido por el dron estadounidense.
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El 29 de agosto, Estados Unidos destruyó este vehículo, afirmando que estaba "cargado con explosivos" y que de este modo se había frustrado un intento de atentado del brazo local del grupo Estado Islámico, el EI-K.
Al día siguiente, la familia del conductor del vehículo, Ezmarai Ahmadi, contó que éste era empleado de una oenegé y que diez personas, incluidos siete niños, murieron en el ataque.
El viernes el ejército estadounidense se retractó y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, presentó "su más sincero pésame" y "disculpas" por "el trágico error".
El hermano del empleado muerto por el "error", Aimal Ahmadi, cuya hija Maleka de tres años también falleció en el ataque, lo consideró insuficiente.
"Hoy es una buena noticia para nosotros que Estados Unidos haya reconocido oficialmente haber atacado a civiles inocentes", declaró. "Se ha demostrado nuestra inocencia", pero ahora "pedimos justicia" y "queremos compensaciones".
El viernes, el general Kenneth McKenzie, jefe del mando central de las fuerzas armadas, aseguró que se está estudiando el pago de indemnizaciones a las familias de los civiles muertos. No dio cifras.
El sobrino de Ezmarai Ahmadi pide además que se "detenga y juzgue" a los responsables del ataque.
Farshad Haidari también recordó que varias de las víctimas habían trabajado o trabajaban para Estados Unidos.
"Naser trabajó con los estadounidenses durante unos 10 años. Mi tío también trabajó con organizaciones internacionales", recalcó, y precisó que todos habían recibido documentos para ser evacuados del país, después de que los talibanes tomaran el poder a mediados de agosto.
Antes de morir en el ataque, todos contaban con ir pronto a Estados Unidos, dijo.