Ex colaborador de Nisman es procesado como partícipe necesario del homicidio del ex fiscal
Por AFP-T13
El juez federal Julián Ercolini encausó este martes como partícipe necesario en el crimen de Alberto Nisman al técnico informático, Diego Lagomarsino, quien le dio el arma calibre 22, de donde salió el disparo que terminó con la vida del ex fiscal que investigaba la voladura de la AMIA.
Antes de quedar procesado, Lagomarsino manifestó que "no tengo miedo, tengo terror" ante la posibilidad de quedar preso por la muerte del funcionario. Medida que él adelantó consideraba "una injusticia".
Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en su departamento de la capital argentina el 18 de enero de 2015. Su muerte se produjo días después de haber acusado a la ex presidenta Cristina Kirchner (2007-2015) y otros ex funcionarios de su gobierno de encubrir a iraníes por el atentado que mató a 85 personas e hirió a unas 300.
La justicia probó que la bala asesina salió de un arma registrada a nombre del técnico informático Diego Lagomarsino, un estrecho colaborador de Nisman, con cuya familia incluso compartía cuentas bancarias. De esta manera se convierte en una pieza clave del hecho investigado.
Lagomarsino siempre ha admitido que el arma era suya, pero dijo que Nisman se la había pedido prestada el día anterior a ser hallado muerto. Para probar eso, agregó, "están los llamados de Alberto a mí pidiéndome el arma".
El técnico informático fue, además, embargado por 15 millones de pesos argentinos. Se inmovilizarán sus cuentas bancarias con excepción del sueldo y deberá continuar con la tobillera electrónica. Tiene prohibido alejarse de su casa por más de 24 horas y la salida del país, según el diario Clarín.
“Mi vida está restringida”, aseguró y recordó que actualmente tiene tobillera para ser controlado por la Justicia.
En cualquier caso, el fallo "era esperable, imaginábamos que esto iba a pasar, ahora veremos de apelar", dijo a la prensa Lagomarsino tras conocer su procesamiento.
El fallo, de 600 páginas, complica más la situación judicial de Lagomarsino, quien ya había sido procesado por entregar a un tercero un arma registrada a su nombre.
En noviembre pasado un fiscal había pedido su indagatoria en calidad de sospechoso.
El juez Julián Ercolini resolvió encausarlo como partícipe necesario en el delito de homicidio simple agravado.
También ordenó su embargo y encausó a los cuatro custodios que tenían la misión de resguardar la seguridad de Nisman esa noche, a quienes acusó de incumplimiento de los deberes y encubrimiento.
El juez ya había dispuesto colocarle a Lagomarsino una tobillera electrónica y dispuso su prohibición de salir del país, aunque no ordenó su arresto.
La policía confirmó que tanto el teléfono como la computadora personal de Nisman habían sido borradas en el departamento donde fue hallado muerto.
Ninguna huella dactilar fue encontrada en el lugar que ayude a esclarecer el caso que durante mucho tiempo consideró la hipótesis del suicidio.
El giro en la causa lo dio un peritaje realizado por Gendarmería (policía militarizada) y firmado por 28 expertos, entregado el 23 de septiembre.
Este peritaje concluyó que Nisman fue asesinado, en contraposición a una pericia anterior del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, que había excluido la presencia de otras personas en la escena de muerte.
Al día siguiente de aparecer muerto, Nisman debía explicar en el Congreso su denuncia contra Kirchner, el ex canciller Héctor Timerman y otros funcionarios de entonces, a quienes acusó de intentar encubrir a exaltos funcionarios iraníes acusados por el atentado a la AMIA.
La denuncia de Nisman había sido rechazada en varias instancias judiciales por "ausencia de delito" hasta que fue reactivada en febrero pasado.
Kirchner fue indagada semanas atrás y calificó la acusación de "disparate jurídico".