El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se pronunciará el martes por primera vez sobre la responsabilidad de los Estados ante el cambio climático, en una "decisión histórica" que podría obligarlos a aplicar políticas más ambiciosas.
La corte con sede en Estrasburgo, en el noreste de Francia, fallará en tres casos distintos, en los que los denunciantes reprochan la "inacción" de los gobiernos o sus "insuficientes" medidas para luchar contra el calentamiento global.
Entre estos figura la demanda de un colectivo de seis portugueses, de entre 12 y 24 años, que se movilizaron tras los terribles incendios que asolaron su país en 2017 y que costaron la vida a más de 100 personas.
La particularidad de la demanda de estos jóvenes, que alegan sufrir ansiedad ante la crisis climática, es que se dirige contra Portugal y otros 31 países de Europa (todos los de la Unión Europea, más Noruega, Suiza, Turquía, el Reino Unido y Rusia).
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Muestra de la complejidad de los casos y de la importancia acordada, las decisiones las tomarán la Gran Sala del tribunal paneuropeo, formada por 17 jueces y que examina los casos que podrían sentar jurisprudencia en un tema con varios asuntos.
Aunque varios países europeos ya han sido condenados a nivel nacional por no cumplir con sus compromisos climáticos, por ejemplo respecto a las emisiones contaminantes, el TEDH podría ir más allá y consagrar nuevos derechos fundamentales.
La clave está en el eventual "reconocimiento de un derecho individual y colectivo a un clima lo más estable posible, lo que constituiría una importante innovación jurídica", según la abogada Corinne Lepage, que defiende uno de los casos.
La posición del Tribunal Europeo de Derechos Humanos "podría marcar un punto de inflexión en la lucha mundial por un futuro habitable", afirma el abogado Gerry Liston, de la ONG Global Legal Action Network (GLAN).
"Una victoria en cualquier de los tres casos podría representar el avance jurídico más significativo en materia de cambio climático para Europa desde la firma del Acuerdo de París en 2015", agrega.
Esta corte, encargada de velar por el cumplimiento del Convenio Europeo de Derechos Humanos acordado en 1950 y no vinculada con las instituciones de la Unión Europea, nunca se ha pronunciado sobre esta cuestión.
El Convenio no habla explícitamente sobre medio ambiente, pero la corte ya dedujo la obligación de mantener un "entorno sano" en casos sobre desechos o actividad industrial, en virtud del "derecho al respeto a la vida privada y familiar" (Artículo 8).
Europa frente al cambio climático
Los tres casos sobre los que debe pronunciarse se apoyan sobre todo en el artículo 8 del Convenio y en el 2, sobre el "derecho a la vida", pero sólo fallará sobre el fondo del asunto si considera que se respetó el procedimiento.
Los Estados denunciados han intentado demostrar durante las audiencias organizadas en 2023 que no se cumplen todas las condiciones, como el necesario agotamiento de los recursos judiciales a nivel nacional.
Además de la demanda de los portugueses, el TEDH debe resolver la de Damien Carême, exalcalde de Grande-Synthe, para quien su ciudad del norte de Francia corre el riesgo de acabar bajo las aguas del mar del Norte por las "carencias" del Estado.
En 2019, ya llevó el caso, en su propio nombre y como alcalde, ante el Consejo de Estado francés por "inacción climática". El alto tribunal administrativo dio la razón en julio de 2021 a la ciudad, pero rechazó su demanda individual.
El tercer caso lo defienden una asociación suiza de 2.500 mujeres de 73 años de media --"Mayores por la protección del clima"-- y cuatro de sus miembros.
Las ancianas denuncian que las "deficiencias" de las autoridades helvéticas en materia de protección del clima "perjudican gravemente su estado de salud".
"Si ganamos, todo el mundo gana", promete Anne Mahrer, vocera de la asociación, que recuerda que la jurisprudencia del TEDH se aplica a los 46 países firmantes del Convenio. "Las legislaciones y las políticas deberán revisarse, en beneficio de todos".