El Centro de Documentación Lemkin publicó, este martes en Berlín, un estudio que denuncia el “uso sistemático” de violaciones y otras formas de violencia sexual como un arma de Rusia en medio de la invasión en Ucrania, que se extiende desde febrero de 2022.
“Al documentar los crímenes de Rusia en los territorios que han sido liberados vimos que una de las herramientas del Ejército ruso para controlar la población local a través del miedo es la violencia sexual”, dice el informe.
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La activista ucraniana Tatiana Tipakova, quien estuvo en la presentación del informe, planteó que esta forma de violencia es una forma de generar miedo en la población, y aseguró que 9 de cada 10 mujeres entrevistadas en las ciudades ucranianas que han sufrido la invasión rusa, han sido violadas.
“Es factible extrapolar esa estadística a todos los territorios ocupados, en especial a pueblos y ciudades pequeñas. Incluso el porcentaje puede ser mayor. En ciudades más grandes puede ser un poco menor”, dijo a EFE la activista.
“Pero lo importante es que muchas de esas violaciones tienen un significado muy profundo. La motivación es: vamos a violarte para que no tengas más hijos”, agregó.
La propia Tipakova dijo haber sido víctima de violencia sexual y otras forma de tortura cuando estuvo detenida en Berdiansk.