AFP
Estados Unidos reconoció este lunes los avances de Cuba para combatir el tráfico de personas, pasando a la categoría dos, en que se ubican los países en "lista de observación".
Unos cuarenta países ocupan la "lista de observación", categoría designada para los gobiernos que hacen esfuerzos para cumplir con las normas internacionales contra el tráfico de personas, pero exhiben poca evidencia de avances o el número de víctimas es aún significativo, indica el informe de 382 páginas.
Pero Chile es el único de la región en el escalón 1, junto con la mayoría de los países europeos y Australia, por su lucha contra el tráfico de personas y adherirse a la totalidad de los estándares internacionales.
La isla comunista, que ocupaba el sótano de la clasificación desde 2003, fue ascendida una categoría a "lista de observación", en un informe anual de la diplomacia estadounidense develado por el secretario de Estado John Kerry.
Unos cuarenta países ocupan la "lista de observación", categoría designada para los gobiernos que hacen esfuerzos para cumplir con las normas internacionales contra el tráfico de personas, pero exhiben poca evidencia de avances o el número de víctimas es aún significativo, indica el informe de 382 páginas.
Según el documento del Departamento de Estado, niños y adultos son sujetos a tráfico sexual y trabajo forzado en Cuba, incluyendo denuncias de médicos obligados a participar en los programas de cooperación internacional.
La subsecretaria de Estado para Derechos Humanos, Sarah Sewell, reconoció que Washington sigue preocupado de que el gobierno cubano omite reconocer el trabajo forzado como un problema, pero destacó los "avances" de La Habana en perseguir el tráfico sexual y adecuar sus leyes a las normas internacionales.
La mejor calificación de Cuba "no significa que el país esté libre de tráfico", apuntó Sewall.
La remoción de un país del escalafón 3 podría tener implicaciones prácticas, como la eliminación de restricciones para asistencia bilateral.
Pero la mejora en la nota de Cuba, así como de Malasia, provocó acusaciones de que el gobierno del presidente Barack Obama está politizando la clasificación para premiar su agenda.
Cuba y Estados Unidos restauraron la semana pasada sus relaciones diplomáticas tras medio siglo de hostilidades, mientras que Malasia es una de las naciones asiáticas que negocian un ambicioso tratado comercial con Washington.
"Las mejoras a Malasia y Cuba son claramente una politización del informe, y un sello de aprobación a los países que han fallado en tomar acciones básicas para merecerlas", dijo el senador demócrata Bob Menendez.
La coalición de ONG estadounidense Alianza para Acabar la Esclavitud y el Tráfico, acusó a Obama de ascender "injustamente" a Malasia al poner el comercio por encima de los derechos humanos.
Esfuerzos insuficientes en Venezuela
En tanto, Estados Unidos mantuvo por segundo año consecutivo a Venezuela en el escalafón más bajo, al considerar que Caracas incumple los estándares mínimos y no hace "esfuerzos significativos" para reparar esa situación.
Argelia, Siria, Yemen y Corea del Norte también están dentro del peor renglón del listado compilado por el Departamento de Estado.
Este año Belice, Burundi, Sudán del Sur y Belarús se añadieron al último escalafón. Rusia se encuentra en esta categoría desde 2013, mientras que China fue elevada en 2014 a la "lista de observación", donde se mantuvo este año.
"La esclavitud moderna"
La mayoría de los países de América Latina están en el escalón 2, admirados por sus esfuerzos por cumplir las normas internacionales aunque no lo consigan del todo. Sólo Chile está en la categoría número 1.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el tráfico de personas representa una industria de 150.000 millones de dólares al año, incluyendo 99.000 millones solo por el tráfico sexual.
Washington estima que unos 20 millones de personas son víctimas de la trata.
"El tráfico de personas es un insulto a la dignidad humana y un ataque contra la libertad", señaló Kerry en el informe, en el que llamó a una "lucha contra la esclavitud moderna".
Kerry afirmó que se trata de "una batalla contra el dinero, una batalla contra el mal".
En una ceremonia más tarde, el jefe de la diplomacia estadounidense destacó la labor de varios defensores de víctimas de tráfico, incluyendo la activista colombiana Betty Pedraza.