El presunto ataque de un automovilista contra manifestantes opuestos a una marcha de extrema derecha en Estados Unidos, que dejó un muerto, puede ser considerado terrorismo interno, dijo el lunes el secretario de Justicia, Jeff Sessions.
Una mujer murió y 19 personas resultaron heridas en la ciudad de Charlottesville (Virginia, este) el sábado, cuando un automóvil embistió -intencionalmente, según testigos- a una multitud que se oponía a una marcha de supremacistas blancos y neonazis, convocada para protestar contra la remoción de una estatua confederada.
El ataque vehicular "entra en la definición de terrorismo interno en nuestro estatuto", dijo Sessions en el programa de televisión Good Morning America.
El Departamento de Justicia busca todos los argumentos para presentar cargos, subrayó.
"Pueden tener la certeza de que vamos a avanzar la investigación hacia los cargos más graves que se puedan presentar porque esto es inequívocamente un ataque inaceptable y malvado", dijo.
El FBI y fiscales federales han abierto una investigación de derechos civiles sobre las circunstancias que rodearon el incidente, que tuvo lugar poco después de que la policía dispersara una manifestación de supremacistas blancos y neonazis, entre los que había miembros del Ku Klux Klan (KKK), que estalló en violentos enfrentamientos con contra-manifestantes.
El conductor, un hombre de 20 años de Ohio (norte) que según reportes tiene un pasado de creencias neonazis, fue arrestado y enfrenta cargos de asesinato en segundo grado por lo ocurrido.
De las 19 personas heridas, 10 seguían el lunes hospitalizadas en buen estado y nueve habían sido dadas de alta, según el sistema de salud de la Universidad de Virginia.
Los disturbios en el estado de Virginia pusieron a la Casa Blanca en el centro de la polémica luego de que el presidente Donald Trump condenara la violencia de "ambas partes", lo cual le valió acusaciones de indulgencia con la extrema derecha por parte de todos los sectores políticos.
Kenneth Frazier, CEO del gigante farmacéutico estadounidense Merck, anunció el lunes su renuncia como consejero económico de Trump en protesta por las declaraciones del mandatario sobre lo ocurrido en Charlottesville.
"Como CEO de Merck y como una cuestión de conciencia personal, siento la responsabilidad de tomar posición contra la intolerancia y el extremismo", dijo en Twitter, recordando que los líderes estadounidenses deben "rechazar claramente las expresiones de odio, intolerancia y supremacía".
Trump no tardó de responder. "Va a tener más tiempo para dedicarse a reducir el precio totalmente abusivo de los medicamentos", tuiteó.