Estados Unidos abre su embajada en Jerusalén en un contexto de alto riesgo
Estados Unidos inaugura este lunes en Jerusalén su embajada en Israel, haciendo realidad la controvertida promesa del presidente Donald Trump y arriesgándose a encender los ánimos entre los palestinos, que podrían protestar masivamente en los Territorios, sobre todo en Gaza.
Ivanka Trump y Jared Kushner, hija y yerno y consejeros del presidente estadounidense, participarán, junto con cientos de dignatarios de ambos países, en la ceremonia que tendrá lugar a partir de las 16:00, considerada por muchos como un desafío a la comunidad internacional en un momento de gran preocupación por la estabilidad en la región.
Al mismo tiempo, a unas decenas de kilómetros de allí, miles de palestinos de la Franja de Gaza -sometida a un bloqueo israelí- podrían manifestarse en dirección a la frontera israelí, algunos con la intención de forzar la valla de seguridad, arriesgando sus vidas.
El ejército israelí casi ha duplicado sus efectivos en torno al enclave y en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel, donde se anunciaron concentraciones, en principio de menor amplitud.
Se movilizarán un millar de policías en Jerusalén para custodiar la embajada -instalada provisionalmente en los locales del antiguo consulado estadounidense- y sus alrededores en el barrio periférico de Arnona.
El traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén era una promesa de campaña del presidente Trump y rompe con décadas de diplomacia estadounidense y de consenso internacional.
Jerusalén, "fuera del tablero"
Los israelíes ven en la decisión estadounidense el reconocimiento de una realidad histórica de 3.000 años para el pueblo judío. Esta coincide con el 70º aniversario de la creación del Estado de Israel, en pleno entusiasmo nacionalista y fervor proestadounidense.
"Jerusalén seguirá siendo la capital de Israel sea cual sea el acuerdo de paz que imaginen", afirmó el domingo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, durante una recepción frente a Ivanka Trump y Jared Kushner.
Pero la iniciativa unilateral estadounidense causó un enorme disgusto entre los palestinos, que la consideran el resultado del posicionamiento a ultranza adoptado por el presidente Trump a favor de los israelíes desde que asumió el cargo, en 2017. Según ellos, el traslado supone la negación de sus reivindicaciones sobre Jerusalén.
Israel se apoderó de Jerusalén Este en 1967 y la anexionó. Todo Jerusalén es su capital "eterna" e "indivisible", afirma. Los palestinos, por su parte, quieren hacer de Jerusalén Este la capital del Estado al que aspiran.
Además, la religión agrava la sensibilidad del asunto, pues Jerusalén es una ciudad santa para musulmanes, judíos y cristianos.
Trump prometió que mediará entre israelíes y palestinos en un eventual acuerdo diplomático "último". Al anunciar el 6 de diciembre que reconocía Jerusalén como capital de Israel, quiso favorecer la búsqueda de una paz elusiva, "sacando a Jerusalén del tablero", afirma.
Para la comunidad internacional, Jerusalén Este sigue siendo un territorio ocupado por lo que las embajadas no deberían instalarse en la ciudad hasta que el estatus de la misma no quede zanjado por una negociación entre ambas partes.
- "Amigo de Sion"
De los 193 países de la Asamblea General de la ONU, 128 condenaron la decisión de Estados Unidos, incluyendo aliados de ese país, como Francia y Reino Unido. La votación provocó la ira de Washington y amenazas de retorsión por parte de su embajadora ante la ONU, Nikki Haley.
Pero, desde entonces, la indignación parece haber disminuido. Jerusalén se ha llenado de banderas israelíes y estadounidenses y de carteles que rezan "Trump make Israel great again" (Trump hace que Israel vuelva a ser grande) o "Trump is a friend of Zion" (Trump, amigo de Sion).
Sin embargo, los palestinos consideran que la fecha elegida es una "provocación", 24 horas antes de las conmemoraciones de la "Nakba", la "catástrofe" que constituyó la creación de Israel para cientos de miles de palestinos, forzados a huir de sus hogares en 1948.
Desde el 30 de marzo, Gaza es escenario de un movimiento que ha llevado a miles de palestinos a protestar frente a la frontera, en el marco del cual 54 han sido abatidos por el ejército israelí.
De momento, solo Guatemala y Paraguay se han comprometido a imitar a Estados Unidos y trasladar su embajada.