AFP
Al cierre de las mesas a las 16H00 locales (21H00 GMT)), miembros de los centros electorales iniciaron rápidamente el escrutinio que, en la capital, contenían sólo algunas decenas de boletas de los más de 550 ciudadanos registrados para votar.
Más de seis millones de electores estaban llamados este domingo a las urnas para elegir a unos 5.500 puestos locales y nueve parlamentarios cuyo lugar está vacante, entre los 149 que integran el Poder Legislativo.
La débil participación observada en la capital y en las principales ciudades del país no fue una sorpresa.
En noviembre pasado, en la primera vuelta de la elección presidencial, proceso que apasiona más a los ciudadanos, que coincidió este año con la segunda vuelta de las legislativos y con votaciones municipales, sólo 21% de los electores acudió a votar.
Este desapego de los electores se explica por la debilidad de la oferta política y la desconfianza de los ciudadanos respecto a la capacidad de los representantes políticos para trabajar en la mejora de sus condiciones de vida.
"Al comenzar el día me decían que la gente había ido a misa, que iban a venir más tarde, dudo que la misa haya durado todo el día", comentó Sandra Honoré, la jefa de la misión de la ONU en Haití (Minustah) durante su visita a un centro de votación en la capital.
"Ciertamente hay un trabajo por hacer por parte de los partidos políticos para animar a los simpatizantes a participar en las elecciones", añadió unos minutos antes del cierre de los centros de votación.
La abstención el domingo esta también acentuada por la ausencia de una campaña de información, tanto de los candidatos como de las autoridades, sobre la finalidad de las elecciones locales que tienen un retraso de seis años.
Sistema caduco
"El pueblo no puede hacer pasar sus reivindicaciones, sobre todo en los barrios populares", dijo Wilner Villefranche.
"Aunque hoy hay un voto, los que están en la cabeza del sistema aún van a escoger y a dar como vencedor a los que van en el sentido de sus propios intereses, para robar y pillar al país y dejar al pueblo en la miseria", indicó el hombre, 69 años, que cree sin embargo que por amor propio hay que votar en cada elección.
La poca afluencia el domingo en los centros electorales no impidió que se registrara cierta confusión en el desarrollo de las elecciones.
El número de urnas en los centros de votación y las boletas que tienen que llenar los electores fueron objeto de controversia.
Cientos de ciudadanos del centro de la capital pudieron votar así por asambleas locales de las zonas rurales, en la periferia de Puerto Príncipe.
A la inversa, los electores de circunscripciones rurales no pudieron encontrar nunca las boletas que corresponden a su votación.
"En ciertos lugares, hubo errores relativos a los tipos de elección que había y a los puestos vacantes en los diferentes municipios del país, lo que pudo ocasionar algunas frustraciones", señaló Cristobal Dupouy, jefe adjunto de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos.
Esta confusión, que la representatividad que tendrán los vencedores de estos comicios, es consecuencia de un recorte administrativo y un sistema caduco, según las explicaciones de Philippe Augustin, director del registro de los electores, en el seno del Consejo Electoral Provisional.
El último recorte administrativo se remonta a 2005 y no tomó en consideración la evolución demográfica de la última década, marcada por una urbanización galopante.
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