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¿Es la división de Siria la mejor manera de alcanzar la paz en un país desgarrado?

¿Es la división de Siria la mejor manera de alcanzar la paz en un país desgarrado?
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La guerra en Siria ha dejado ya más de 300.000 muertos y millones de desplazados. La idea de dividir el país, al menos de forma temporal, es una de las propuestas que se plantean para lograr un alto el fuego duradero. Pero no todos están de acuerdo. ¿En qué consiste el plan?

Después de cinco años de guerra civil, cientos de miles de muertos y millones de desplazados, el conflicto en Siria no parece tener un fin próximo.

Y ante la falta de perspectivas de una victoria clara de alguna de las partes, la cuestión de si el país podrá de alguna manera recuperar la unidad que perdió de facto durante el conflicto -y cómo- se hace cada vez más presente y compleja.

Hace meses que, desde diferentes sectores, se vienen lanzado propuestas que sugieren un reparto de poder en Siria y la división, al menos temporal, del territorio como una de las opciones para alcanzar un alto el fuego que permita la negociación de una paz duradera y la reconstrucción del Estado sirio.

¿Es posible resolver el conflicto manteniendo la unidad del país?

Pero, ¿es inevitable la partición de Siria para alcanzar la paz? ¿Es posible resolver el conflicto manteniendo la unidad del país? ¿Es necesario un acuerdo de reparto de poder y territorial entre las diferentes partes que intervienen en el conflicto para terminar la guerra?

"La idea ha estado el ambiente desde hace un tiempo como parte de un posible acuerdo para compartir el poder", le dice a BBC Mundo Bassel Salloukh, profesor asociado de la Universidad Estadounidense de Líbano.

Más de 300.000 personas han muerto en el conflicto que estalló con manifestaciones contra Bashar al Asad.

"Creo que el término 'partición' es equivocado. La discusión no está en dividir Siria en diferentes estados, sino en alejarse del modelo del Estado unitario centralizado hacia algún tipo de federalismo o confederalismo".

"Si la comunidad internacional llegó a la conclusión de que una Siria unitaria no cuaja, deben pensar en nuevas opciones", agrega.

Desacuerdo

A finales de septiembre, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul-Gheit, defendió el modelo federal como una vía para evitar una mayor división del país.

Meses antes, en vísperas del efímero cese parcial de hostilidades que empezó el 26 de febrero y se rompió semanas después, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, sugirió que, si ese alto el fuego fracasaba, "podría ser demasiado tarde para mantener una Siria unida".

Pero no hay una única fórmula de cómo debería organizarse el país y cómo podría articularse una posible descentralización del estado sirio.

La ciudad de Alepo ha sido escenario de continuos bombardeos de las fuerzas rusas y del gobierno sirio.

Tampoco existe acuerdo entre las partes implicadas sobre la conveniencia de optar por ese camino, ni bajo qué condiciones.

"El gobierno sirio, Rusia y probablemente Irán aún piensan en términos de rescatar el Estado sirio en su unidad y restaurar la autoridad del gobierno en todo el territorio", sugiere Salloukh.

La llamada oposición moderada tampoco parece decantarse mayoritariamente por esta alternativa.

El punto de vista de los kurdos, que controlan partes del norte y noreste del país es diferente: ya en marzo declararon unilateralmente un sistema federal para las zonas que controlan dentro del país.

En aquel momento, el gobierno de Damasco rechazó ese movimiento y argumentó que carecía de una base legal.

Detener los combates

Sin embargo, algunos analistas sugieren que, para empezar a negociar sobre la futura organización del estado sirio, primero hay que alcanzar un alto el fuego.

Y eso implica, argumentan, asumir que la situación sobre el terreno es de facto la de una división en zonas bajo el control de los rebeldes, del gobierno, de las fuerzas kurdas y de Estado Islámico y otros grupos yihadistas.

Hay muchos grupos combatiendo en Siria y por eso es tan difícil encontrar una solución.

"Lo que defendemos es que lo primero que hay que hacer es detener los combates. Si eso sucede, es necesario tener, aunque sea de forma temporal, una Siria dividida, con algunas zonas gobernadas por el régimen y otras zonas gobernadas por la oposición", señala James Dobbins, quien fuera embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea entre 1991 y 1993 y representante especial de Washington en Afganistán y Pakistán entre 2013 y 2014.

Dobbins es uno de los autores del informe "Un plan de paz para Siria", publicado en dos partes por la RAND Corporation, un centro de estudios sobre políticas globales con sede en EE.UU.

"La solución a largo plazo del conflicto a través del diálogo político es probable que dé como resultado un cierto grado de descentralización".

"Pero defendemos un alto el fuego primero y una negociación después sobre la forma y estructura sobre el nuevo estado sirio que vendría después", apunta en diálogo con BBC Mundo.

"Los sirios deberán elegir (…). Hay varios modelos. Uno es el modelo bosnio, que es un país dividido geográficamente y con un reparto de poder en el centro. Otro modelo es Líbano, que no está dividido geográficamente pero tiene unos acuerdos de reparto de poder".

Para lograr una solución se tendrá primero que acordar un cese del fuego.

"Y otro modelo es Irak, que prevé la opción de tener regiones separadas, una de las cuales ya existe en el Kurdistán (…). Creo que hay múltiples modelos posibles que los sirios pueden mirar cuando intenten reconstruir su estado", agrega el diplomático estadounidense.

Zonas seguras

El plan coescrito por Dobbins prevé la creación de varias "zonas seguras" en función de límites étnico-religiosos y de las líneas de los frentes de batalla en el momento en que se estableciera el alto el fuego.

En la actualidad, esto supondría la creación de tres áreas en las que se respetaría un alto el fuego acordado entre las partes: una zona bajo control del gobierno de Bashar al Asad, otra controlada por la oposición y otra bajo dominio kurdo.

Fuera de esas demarcaciones quedan los territorios ocupados por el autodenominado Estado Islámico, con el que no se prevé el establecimiento de un alto el fuego.

"Es preferible esto que permitir que la guerra continúe. No creo que haya una alternativa a la vista. Y parece menos probable que la oposición vaya a ganar la guerra. Por tanto, las alternativas son una victoria completa de al Asad, o un alto el fuego basado más o menos en las posiciones actuales", asegura Dobbins.

"Nuestro punto de vista es que Siria tiene más opciones de permanecer unida si no es unitaria. Si hay un intento de mantener un estado unitario, habrá un conflicto continuo y, quizá, la partición definitiva del país", agrega.

La intervención de Rusia para apoyar a las fuerzas sirias marcó un giro en el conflicto.

Sin embargo, una de las grandes dificultades que señalan los expertos ante esta opción reside en cómo se trazan esas demarcaciones.

"La cuestión es qué queda dentro de esas líneas. Alepo es muy interesante. Dentro de las zonas controladas por el gobierno tienes una mezcla de confesiones, etnias y clases sociales…", apunta Salloukh.

"Qué tipo de límites se establezcan, dependerá de cómo evoluciona la batalla por esa ciudad", agrega el profesor libanés.

Más divisiones

Los críticos con esta opción argumentan que la creación de estas zonas seguras puede abrir la puerta a la consolidación de zonas autónomas, independientes o semiindependientes, potencialmente conflictivas e inestables.

Y señalan que se corre el riesgo de aumentar las divisiones religiosas y étnicas en la región.

Hay alrededor de 275.000 personas atrapadas en Alepo.

"Se habla de etnicidad o de afiliaciones religiosas, pero en realidad, la situación en Siria es más compleja porque parte de la población se encuentra en el medio", comenta Nicolas Tenzer, profesor asociado de la Escuela de Asuntos Internacionales de París.

"Por ejemplo, si consideramos la minoría cristiana, tenemos algunos grupos que apoyan a al Asad, pero otros grupos fueron perseguidos por su gobierno. De modo que no es algo puro. Dentro de zonas sunitas encontramos minorías chiitas".

El analista francés critica que, de implementarse esa opción, el presidente sirio consolidará su poder, al menos en una parte del país.

"Creo que es una cuestión de prioridades. La descentralización podría funcionar si se acaba antes con el régimen de al Asad y con EI", le dice Tenzer a BBC Mundo.

"En esas condiciones se podría entrar en un proceso de verdad y reconciliación y plantearnos a largo plazo algún tipo de descentralización. Pero hasta entonces, con el régimen de al Asad, EI y con las interferencias de combatientes extranjeros, Irán, milicias chiitas, Hezbolá y otros grupos… no veo cómo podría funcionar la descentralización".

Muchos esperan ahora al próximo ocupante de la Casa Blanca para saber qué posición tomará Estados Unidos.

Sin embargo, reconoce el profesor, las alternativas para detener el conflicto en estos momentos son escasas.

"No hay buenas opciones en estos momentos (…). Creo que la única opción buena es establecer una zona de exclusión aérea".

"Para mí, esa sería la prioridad. Imponer al régimen de al Asad una zona de exclusión aérea y luchar de una forma más decidida contra EI".

"Pero para eso habrá que esperar a la siguiente administración estadounidense y ver si está dispuesta a plantearse esta opción", concluye el experto.

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