Un repunte de la actividad del volcán Cumbre Vieja obligó a evacuar a otras 500 personas y ya son 6.000 los desplazados en la isla de La Palma, en el archipiélago español de Canarias, mientras las coladas de lava se acercan cada vez más a la costa.
El encuentro del magma ardiente con el mar en esta isla atlántica podría provocar la emisión de gases tóxicos, según los científicos, por lo que las autoridades han establecido un radio de exclusión para minimizar el peligro.
"Aparece una nueva boca eruptiva en Tacande, El Paso", tuiteó el servicio de emergencia del archipiélago el lunes por la noche, avisando de una nueva "evacuación de la población" que generó filas de autos durante la noche.
"Unas 500 personas" tuvieron que abandonar entonces su domicilio, confirmó a la AFP el martes por la mañana Lorena Hernández, concejal municipal en Los Llanos de Aridane, una de las localidades más afectadas por las coladas de lava.
Desde que el Cumbre Vieja entró en erupción el domingo por la tarde, unas 6.000 personas se han visto forzadas a abandonar sus casas. Uno de ellos fue Israel Castro Hernández, que vio cómo la suya quedaba destruida.
"El volcán dice 'salgo por aquí', y acaba con toda tu vida prácticamente", lamentaba este hombre de 46 años en una entrevista con AFPTV.
Junto a él, su esposa, Yurena Torres Abreu, todavía no lograba asimilarlo.
"Seguimos mirando hacia allí y no nos lo creemos. Seguimos pensando que nuestra casa está debajo de ese volcán", contaba conmocionada. "No hay nada que hacer. Es la naturaleza. Y ya está".
Tensa espera
Las autoridades esperan ahora la llegada de la lava al mar, prevista inicialmente para el lunes por la noche, pero que se ha ido atrasando debido a que las coladas han ralentizado su descenso.
Este contacto tensiona a los especialistas por su peligrosidad potencial, ya que puede generar explosiones, olas de agua hirviendo o nubes tóxicas, según la página del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El gobierno regional de Canarias ha pedido a los curiosos que no se acerquen a la zona y ha decretado un "radio de exclusión de 2 millas náuticas" alrededor de donde se espera que desemboquen las coladas de lava.
El volcán expulsa columnas de humo que alcanzan centenares de metros de altura y entre 8.000 y 10.500 toneladas de dióxido de azufre por día, según Involcan. Pese a ello, el espacio aéreo de la isla no ha sido cerrado.
El Cumbre Vieja estaba bajo alta vigilancia desde hacía una semana debido a una intensa actividad sísmica y, según Involcan, la erupción podría durar "varias semanas o algunos meses".
"Tenemos media isla cortada", resumió Juan Aragón Cruz, un vecino de La Palma cuya casa sigue en pie, pero que tuvo que dejarla debido a los riesgos. Sobre los planes del volcán, todo son dudas: "Sabemos cuándo ha empezado, pero no sabemos cuánto le queda", afirmó.